viernes, 26 de febrero de 2010

47º Capitulo

Sonohrina siguió llorando por la muerte de Camilo, pero más le dolía todo lo que le había pasado a Diego. Hasta donde ella sabía, él había dado su vida por ella. Se acercó a Diego y lo abrazó mientras él estaba en el suelo acostado.
*Sonohrina: Dieguito... Te extrañaré... Yo no quería que te murieras... Ni tú ni Camilo. (Le besó el abdomen)
Sonohrina tomó con el puño parte de la camisa de Diego y siguió llorando hasta que se sorprendió al sentir un abrazo. Levantó la cabeza y vio a Diego sonriéndole.
*Sonohrina: (Se secó las lágrimas) ¿Qué?
*Diego: (Sonrió) Hola, Sonohrina.
*Sonohrina: ¿Y con qué valor tú me dices "Hola, Sonohrina" y sonriendo? (Se levantó) ¡Eres de lo peor!
*Diego: Sonohrina... Perdóname por haberte hecho caer en mi farsa... Pero es que era la única manera de que Camilo no me hiciera nada.
*Sonohrina: Está bien. Pero me asustaste...
*Diego: Estas heridas son falsas. Lo que no me agrada es que tus heridas sí sean reales. Busca tu bolso y nos vamos a la clínica ahora para que te revisen.
*Sonohrina: De acuerdo... Dieguito, te amo... (Lo besó)
*Diego: (La abrazó y la alzó un poco) También yo... (La besó)
Damiano seguía en shock. No podía creer que había matado a Camilo. Se había dejado llevar por la rabia. Luego de cinco minutos, llegó para allá el señor Mauro. Vio a Sonohrina y a Diego besándose acostados en el pasto.
*Mauro: ¿Y... Qué pasó aquí?
*Diego: (Dejó de besar a Sonohrina y levantó la vista) Hola, señor. (Sonrió ligeramente)
*Mauro: ¿Qué pasó aquí? ¿Dónde está Camilo?
*Sonohrina: Dieguito, yo hablo con él. (Se levantó del pasto) Señor Mauro es que Camilo...
*Mauro: ¿Camilo qué?
*Sonohrina: (Un poco nerviosa) Camilo se murió.
*Mauro: ¿Qué? ¿Como que Camilo se murió?
*Sonohrina: Sí... Murió.
*Mauro: (Enojado) ¿Y dónde está? Al menos quiero saber dónde está su cuerpo. (Tomó a Sonohrina por el cuello de la camisa con violencia) ¿Qué le hiciste?
*Diego: ¡Deje a mi esposa en paz!
*Mauro: Todo esto es culpa tuya. Si tú no hubieses llegado a la vida de esta mujer, ella y Camilo serían felices en Venezuela casados y con muchos hijos... ¿Dónde está mi hijo?
*Sonohrina: Él cayó al precipicio...
*Damiano: No mintamos. Señor, yo lo maté en defensa propia.
*Luca: ¡Damiano!
*Mauro: Te vas a arrepentir de haber nacido... Con mi hijo no se mete nadie...
Seis meses después, en Berlín, Ricardo y Yoe estaban en una cafetería merendando. Mucha gente caminaba por fuera de la cafetería, pero Ricardo le prestó atención sólo a una de ellas, una muchacha que le pareció muy linda y se sintió atraído por ella. Parecía hipnotizado.
*Yoe: Ricardo... Ricardo, ¿qué tienes?
*Ricardo: Esa chica que va por ahí es muy hermosa.
*Yoe: ¿Cuál?
*Ricardo: La que va por ahí...
Yoe no había alcanzado a verla. Cuando fue a botar el plato de plástico donde había comido su trozo de torta, se tropezó sin querer con una chica que le pisó el pie. Ricardo había regresado al hotel para esperar a Yoe allá.
*(La muchacha): Disculpa. No fue mi intención.
*Yoe: No te preocupes, tampoco la mía... ¿Cómo te llamas?
*(La muchacha): Me llamo Viviana ¿Y tú?
*Yoe: Me llamo Joelyn, pero llámame Yoe... Así me llaman mis amigos... (Sonrió)
*Viviana: No quiero estar sola ¿Me quieres acompañar a comer y nos conocemos mejor?
*Yoe: De acuerdo.
Ambas eligieron sentarse en una mesa para dos personas mientras Viviana se tomaba un café. Conversaban sobre sus gustos y su vida cotidiana. Viviana también era venezolana. Luego de terminar su café, Viviana y Yoe se quedaron conversando hasta luego de media hora, sonó el celular de Yoe.
*Ricardo: ¡Yoe... Te estoy esperando! ¿Dónde estás?
*Yoe: En la cafetería.
*Ricardo: ¿Todavía estás ahí?
*Yoe: Sí... Es una larga historia, ya voy para allá.
*Ricardo: De acuerdo. Te espero entonces. Chao.
*Yoe: Chao. (Colgó) Viviana, lo siento, me tengo que ir. Nos vemos pronto, me caíste bien, si quieres dame tu número de celular.
*Viviana: Está bien (Le dictó su número) ¿Y el tuyo cuál es?
*Yoe: (Le dictó su número) Hablamos pronto para vernos de nuevo y seguir conversando. Chao.
*Viviana: Chao.
Yoe llegó al hotel y entró al baño a darse una ducha. Ricardo veía televisión porque ya se había duchado. El lunes siguiente, Ricardo tuvo que levantarse temprano para ir al trabajo. Bajó al restaurante que estaba en el hotel para desayunar y luego se fue en tren hasta el trabajo. Cuando llegó, se sorprendió al ver a la misma muchacha que había visto caminando desde afuera de la cafetería; decidió no perder tiempo y acercarse a ella.
*Ricardo: Disculpa, ¿eres nueva aquí?
*Viviana: Sí. Mi tío me contrató.
*Ricardo: Tu tío... Tu tío es mi jefe... (Rio)
*Viviana: (Rio) Sí, el mío también... ¿Cómo te llamas?
*Ricardo: Me llamo Ricardo ¿Y tú?
*Viviana: Mi nombre es Viviana. (Sonrió) Si quieres podemos almorzar juntos en tres horas.
*Ricardo: Claro, con gusto. Ya que trabajaremos juntos, nos conocemos mejor.
Cada uno tomó su camino para empezar con su trabajo. Ricardo se sentía muy feliz de estar trabajando con Viviana, realmente le agradaba esa muchacha. Pasaron tres horas y se fueron a almorzar en la cafetería que había cerca del lugar de trabajo. Conversaban y reían mientras comían y se conocían mejor. Viviana se sentía bien porque ella al principio se sentía un poco nerviosa al llegar a Alemania porque pensaba que no habrían otros venezolanos, pero conoció a Yoe, quien resultaba ser la hermana de Ricardo, pero ella aún no lo sabía. Intercambiaron números de celular y luego volvieron al lugar de trabajo.
Entre tanto, en el hotel, Yoe extrañaba a los Fainello. Recordaba todas las fiestas que tuvo la oportunidad de compartir con ellos, trataba de no recordar a Walter, pero no podía evitar también extrañarlo. Tomó el teléfono de la habitación del hotel y una tarjeta para realizar llamadas a larga distancia y llamó a la casa Fainello.
*Diego Luca: ¿Hola?
*Yoe: Hola ¿Quién es?
*Diego Luca: Diego Luca Fainello... ¿Quién es?
*Yoe: Hola, Luki, es Yoe.
*Diego Luca: ¡Yoe! ¿Cómo estás?
*Yoe: Bien ¿Y tú?
*Diego Luca: Bien.
*Yoe: ¿Cómo están todos por tu casa?
*Diego Luca: Bien.
*Yoe: Luki, ¿te puedo confiar algo?
*Diego Luca: ¿Qué?
*Yoe: Luki, estoy con Ricardo en Alemania. Estoy estudiando y hoy tuve el día libre. Por favor no le digas nada a Walter. Puedes decirle si quieres a tus padres, a tus hermanos, primitas y tíos que los extraño mucho.
*Diego Luca: Sí, yo les digo.
*Yoe: Pero por favor no le digas nada a Walter.
*Diego Luca: De acuerdo.
La llamada terminó luego de diez minutos, Yoe realmente extrañaba a los Jonas y a los Fainello.

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