miércoles, 30 de septiembre de 2009

22º Capitulo

Esa noche, Sonohrina cenó luego de la hora de visita. Diego se quedó para acompañarla.
*Sonohrina: ¿Cuándo me hacen el trasplante?
*Diego: El sábado en la tarde. Para año nuevo ya estarás bien.
*Sonohrina: ¿Y si no me salvo? (Se notaba deprimida)
*Diego: No digas eso... (La abrazó) Sonohrina, tú estarás bien luego del trasplante... Te vas a curar.
*Sonohrina: Tengo sueño.
*Diego: (Sonrió) Buenas noches... (La besó) Dulces sueños, Sonohrina.
*Sonohrina: Gracias. (Lo besó)
Sonohrina se durmió y Diego decidió dormir también. En su sueño, escuchó la voz de Sonohrina llorando. La verdad, es que él creyó que era un sueño, pero era realidad, Sonohrina estaba llorando luego de dos horas de haberse dormido.
*Sonohrina: ¡Dieguito...! ¿Qué me está pasando? (Gritó) Me siento muy mal.
*Diego: ¿Pero qué sientes?
Sonohrina no le pudo responder porque se sentía tan mal que la voz no le salía para explicar absolutamente nada. Cerró los ojos y empezó a sangrar por la nariz de nuevo.
*Diego: ¡Sonohrina! Sonohrina, ¿qué tienes? ¡Habla! ¡Reacciona!
Diego decidió no perder más tiempo llamando a Sonohrina y fue a llamar al médico para saber qué tenía. El médico que la atendía estaba de guardia ese día y la fue a revisar.
*(Médico): No puedo hacer gran cosa, lo siento.
*Diego: ¡¿Cómo que no puede?! (Histérico)
*(Médico): Señor, cálmese.
*Diego: ¿Cómo quiere que me calme si me contesta así?
*(Médico): Cálmese, señor. Es muy tarde para estar alterado. Escúcheme.
*Diego: (Comenzó a llorar) Habla.
*(Médico): Probaré si reacciona con electroshock... Ya lo traigo.
*Diego: Sí, dese prisa...
El médico no tardó. Llegó a la habitación de Sonohrina acompañado de una enfermera, le pidieron a Diego que se fuera de la habitación y él se fue. Aunque salió de la habitación, abrió un poco la puerta para saber qué le harían a Sonohrina. Seguía llorando mientras trataban de hacer reaccionar a Sonohrina con el electroshock.
*(Médico): No funciona, y es muy fuerte el nivel de electricidad que estamos usando... Me da pena por ella, porque es muy linda y tiene que pasar por todo esto.
*(Enfermera): Sí... ¿La conectamos?
*(Médico): Eso no se pregunta. Antes de preguntar, en un caso como este, hay que actuar.
*(Enfermera): De acuerdo, traeré el equipo.
*(Médico): Y yo hablaré con su esposo para explicarle todo... Pero hazme un favor, antes de poder hablar con él, necesito que le pongas un sedante para que no se altere.
Diego esperaba fuera de la habitación, no había oído nada de la conversación entre el médico y la enfermera. No tenía crédito en su celular para poder comunicarse con Luca y la tienda para comprar tarjetas telefónicas, y poder usar el teléfono público, estaba cerrada. Llegó otra enfermera y se lo llevó a un cuarto.
*Diego: ¿Qué pasa?
*(Enfermera): El médico quiere hablar con usted, pero debemos sedarlo antes.
*Diego: ¿Para qué?
*(Enfermera): Para que no se altere, no son horas de hacer escándalo.
La enfermera lo sedó y le pidió que se quedara en ese cuarto para poder hablar con el médico. Al rato, el médico llegó.
*(Médico): Lo siento, señor.
*Diego: ¿Qué pasó con mi esposa?
*(Médico): Ella... Señor, primero que nada, esto tiene solución; no es inmediata, pero la hay. Su esposa está muy delicada en estos momentos y no ha reaccionado... Sus signos vitales están muy débiles.
*Diego: Pero... ¿Podrá hacer algo?
*(Médico): Hasta ahora ella está conectada para poder seguir viviendo. No se preocupe porque eso no nos impide realizar el trasplante... Eso podría salvarla. Su esposa está en coma.
Diego no pudo contener las ganas de llorar. No quería que Sonohrina muriera y tampoco quería verla sufrir. Cuando se calmó un poco y regresó a la habitación de Sonohrina para poder dormir, no durmió. Tomó el teléfono y llamó a Luca.
*Luca: Diego, ¿qué pasa? ¡Es tarde para llamar por teléfono!
*Diego: No. Estás equivocado... Luca, para mí no es tarde... Sonohrina...
*Luca: ¿Sonohrina qué? (Preocupado)
*Diego: Está en coma...
*Luca: ¿Qué?
*Diego: No digas ahora nada de lo que te acabo de contar y ven a la clínica... Luca... Luca, yo no quiero que Sonohrina se muera... (Comenzó a llorar) Yo me muero junto a ella...
*Luca: Pero Diego, la hora de visitas no es ahora... Y tengo que comunicarlo...
*Diego: Bueno, sí... Comunícalo entonces. Pero no quiero que Sonohrina muera, Luca...
Luca colgó el teléfono y despertó a Rebeca.
*Luca: Sonohrina está mal.
*Rebeca: Sí, ya lo sé... Sino, no estaría en la clínica.
*Luca: No sólo eso, Rebeca. Sonohrina está en coma ahora.
*Rebeca: ¿Qué? (Sorprendida)
*Luca: Sí... Lo que oíste...
Se levantaron de la cama y despertaron a los demás en la casa con un escándalo en la sala.
*Eugenio: ¡Eres igual a tu hermano! Detestable...
*Luca: No es momento de pelear ¿Sí? Sonohrina está en coma.
*Loredana: ¿Qué? (Comenzó a llorar) No quiero que mi hermana se muera.
*Agatha: ¿Desde cuando está así?
*Rebeca: No debe tener mucho tiempo, porque Diego llamó hace rato para avisarnos. Así que retire lo dicho, por favor.
*(Papá de Sonohrina): Ojala mi hija tenga fuerzas para poder resistir y seguir viviendo.
*Agatha: (Sonrió bromista para alegrar un poco el ambiente) Mi prima tiene el cuarto más grande sólo para ella, ¿puede ser mío si muere? (Rio nerviosamente)
Todos la miraron enojados porque eso trataba un asunto serio y no era para reír.
*Loredana: ¡Agatha, no es momento para eso! (Siguió llorando)
*Agatha: Serás beneficiada también. Si ella muere, tú serás hija única y podrás tener todo lo que quieras...
*Loredana: Pues no quiero. Yo quiero que mi hermana se salve.
*(Mamá de Sonohrina): Y la vas a salvar.
*Eugenio: Agatha, si quieres el cuarto de tu prima, sólo pídelo. Cuando ella regrese a Italia, ese cuarto será tuyo. No necesariamente tiene que morir.
Agatha no siguió riendo, ni dijo más. El cuarto de Sonohrina podía ser suyo sin la necesidad de ver a Sonohrina muerta; pero ella quería más que el cuarto de Sonohrina, ella quería a Diego y sabía que su prima no se divorciaría de él.
En Italia, los niños llegaron a la casa de Walter luego de haber estado en el centro comercial comprando regalos de navidad. Ya faltaban dos días para el 24 de Diciembre y pensaban hacer una cena junto a Valeria, Nick, Kevin, Frankie, Joe, Jackie, Adriana y Danielle. Mientras ellos descansaban, Walter fue a la casa de Sonohrina para saber si Camilo ya se había marchado.
*Walter: ¿Sigues aquí?
*Camilo: Sí... No me iré hasta no ver a mi niña.
*Walter: Es una locura, pero ¿Qué vas a hacer en navidad?
*Camilo: Casarme con mi niña.
*Walter: Ella no ha llegado de su viaje.
*Camilo: La buscaré, entonces. Pero yo me casaré con ella en navidad.
*Walter: ¿No prefieres compartir con nosotros? (Sonrió tímidamente)
*Camilo: ¿En qué sentido?
*Walter: Haremos una cena navideña junto a los vecinos y la pasaremos bien.
*Camilo: ¿Estará mi niña?
*Walter: No.
*Camilo: ¿Y Diego?
*Walter: No... Ellos están de viaje ¿Qué dices?
*Camilo: Digo que no. Si no está mi niña, yo no voy.
*Walter: Bueno, la verdad es que te invité para que no estuvieras aquí solo... En navidad ¿Te traigo un poco de comida?
*Camilo: No. No, gracias...
*Walter: De acuerdo. No sé por qué te quieres quedar aquí solo...
*Camilo: Porque quiero esperar a mi niña aquí hasta que llegue. Le tengo una sorpresa (Asintió nerviosamente) Sí... Una sorpresa... Y muy linda ¿Sabías?
*Walter: ¿Y qué es?
*Camilo: Algo que jamás olvidará... Seremos felices para siempre...
*Walter: Entiendo. Bueno, te dejo porque no puedo dejar a los niños solos por tanto tiempo. Son chiquitos y no pueden estar solos en la casa.
*Camilo: Sí... Vete.
Walter se fue, cuando llegó a su casa, encontró la casa un poco inundada.
*Walter: ¿Qué pasó aquí?
Mientras eso ocurría, los niños estaban en la cocina con el grifo del lavaplatos abierto y montados en unos pequeños kayak de juguete. Navegaban y reían a más no poder.
*Diego Luca: Esperen a que Walter vea todo esto... (Rio) ¡Este mar es mío!
*Milagros: Pero tú dijiste que lo ibas a compartir.
*Diego Luca: Si me pagan, lo comparto.
*Mateo: Bueno, ¿cuánto cuesta?
*Diego Luca: Costoso.
*María Alejandra: ¿Cuánto?
*Diego Luca: Mucho dinero.
*Elisa: Sí, ¿pero cuánto?
*Diego Luca: Cincuenta millones de dólares... (Rio) ¡Ay, seré millonario con este mar!
*Walter: (Llegó a la cocina) ¿Qué es esto? (Boquiabierto)
*Diego Luca: Mi mar. Cobro por verlo... (Rio) Dame dinero, Walter. (Estiró su brazo derecho para recibir dinero) Son cincuenta millones de dólares. (Sonrió)
*Walter: Niños... Entiendo que quieran jugar, pero... Destruyeron la cocina.
*Milagros: Fue idea de Luki.
*Diego Luca: Es que yo quería jugar a ser Super Luki y... Mateo me dijo que no.
*Mateo: Yo te dije que no porque agarraste la escoba y pretendías golpearme con eso.
*Diego Luca: Porque tú eras el malo.
*Elisa: Pero igual, Luki... Eso duele mucho.
*María Alejandra: Sí.
*Walter: No importa. Niños, voy a cerrar el grifo y ustedes me van a ayudar a arreglar la casa.
*(Todos): De acuerdo. (Se notaban tristes)
Walter no castigó a los niños porque sabía que ellos no miden lo que hacen. Ellos lo ayudaron a arreglar la casa. Quedaron exhaustos y se quedaron dormidos en el sofá mientras Walter revisaba su correo electrónico.

sábado, 26 de septiembre de 2009

21º Capitulo

Esa tarde en Italia, Valeria fue a casa de Walter para ayudarlo a cuidar a los niños. Pensó que eran demasiado trabajo para una sola persona.
*Valeria: ¿Sabes? He visto que los niños son demasiado trabajo para una sola persona.
*Walter: Y no te estás equivocando, ¿sabes? A pesar de ser tranquilos, son demasiado para mí... Todos...
*Valeria: Habrá que pedirles que no tengan más bebés... (Rio)
*Walter: (Rio) Te apoyo...
*Valeria: Si no te pagan por esto, es porque son bien avaros... Estás haciendo un trabajo muy duro con todos estos niños.
*Walter: ¿Tú crees?
*Valeria: Sí.
En ese momento, se escuchó la voz de Frankie; no se entendió bien lo que dijo, pero era su voz.
*Diego Luca: Bueno, si quieres, pasa...
*Frankie: Gracias, pero llegué cansado del centro comercial. Para otro día será.
*Milagros: Sabes que estás siempre en tu casa.
*Frankie: Gracias.
*Joe: Bueno, gracias, niños... (Rio) De veras...
*Kevin: Yo voy a hablar con Walter ahora.
*Jackie: ¿Para qué?
*Kevin: Voy a hablar con él. Espérenme en la casa.
*Adriana: Está bien. Te esperamos.
*Mateo: Yo te acompaño, Kevin. Walter está en la sala.
*Diego Luca: No es justo, tú siempre acompañas a la gente. Yo quiero acompañar también a Kevin.
*Danielle: Lo pueden acompañar ambos.
*Kevin: Niños, se acerca navidad. No se peleen.
*María Alejandra: Yo me quedo aquí.
*Elisa: Yo también. No es necesario que vayamos todos.
Kevin entró a la casa de Walter para poder conversar.
*Kevin: ¿Qué tal, Walter?
*Walter: ¡Hola! Todo bien, gracias ¿Y tú?
*Kevin: Bien, gracias a Dios... ¿Has sabido algo de Sonohrina?
*Walter: Luego de la noticia sobre su trasplante, no sé más hasta ahora.
*Kevin: Entiendo. Sucede que estamos un poco ocupados en casa remodelando unas cosas, me tengo que ir.
*Walter: Tranquilo. Otro día hablamos con más calma. Saludos.
Kevin se fue a casa y encontró a todos ya adentro. Comenzaron a remodelar el cuarto de huéspedes para convertirlo en el cuarto para el bebé que venía en camino.
*Nick: ¿Cómo está Sonohrina?
*Kevin: Igual, por ahora. En pocos días le realizan el trasplante.
*Joe: Me alegra saberlo. Ya quiero que se cure.
*Frankie: Yo también.
*Danielle: Ella es una gran amiga, no quisiera perderla.
*Adriana: Es verdad. Bueno, sólo con el favor de Dios la tendremos de vuelta.
*Jackie: Es cierto. La bienvenida que le daremos le va a encantar.
Mientras eso sucedía; Luca, Rebeca, Agatha, Loredana, Diego, el tío Eugenio y los padres de Sonohrina acompañaban a Sonohrina para animarla y hacerle saber que la querían.
*Loredana: La verdad es que nunca he donado nada, pero por ti lo haré... (Abrazó a Sonohrina)
*Agatha: Sí, prima. Queremos que te salves a toda costa.
*Luca: Sabes que para eso te trajimos a Venezuela. Tú te vas a salvar, Sonohrina.
*Diego: (Le acarició el cabello) Ella se salvará sí o sí. Donaría mi vida por ella.
*Rebeca: ¡Ay, no exageres! (Rio)
*Diego: No exagero, soy sincero.
*Luca: Parece que sí estás exagerando un poco, porque tú también importas. (Lo abrazó)
*Sonohrina: Gracias por venir... (Abrazó a Luca) Gracias especialmente a ti, has comunicado a todos por Italia sobre mi estado aquí en Venezuela. (Sonrió)
*Luca: De nada... (Sonrió) Todos te mandan ánimo desde allá.
*Diego: Sonohrina, ¿y yo qué? Te he alimentado como una bebé, te he ayudado a levantarte de la cama, a caminar... Prácticamente me estás esclavizando.
*Sonohrina: (Lo abrazó) No te pongas celoso... (Sonrió) Gracias por todo lo que has hecho por mí, Dieguito. Creo que más de eso, no puedes... (Rio)
*Diego: Puedo eso y mucho más, Sonohrina... (La besó)
*Eugenio: ¡Bueno, bueno! Déjala... ¿No ves que está enferma?
*Diego: La curo con mis besos... (Sonrió y la besó)
*Luca: (Se acercó a Diego) Diego, mejor es que delante del tío Eugenio no la beses.
*Diego: ¿Por qué?
*Rebeca: No queremos problemas por algo así en el hospital.
*(Papá de Sonohrina): Nosotros vamos a desayunar algo en la cafetería.
*(Mamá de Sonohrina): Eugenio, ¿nos acompañas?
*Eugenio: Sí, tengo hambre.
*Sonohrina: Yo también. (Sonrió)
*Diego: Pero acabas de comer...
*Sonohrina: Sólo bromeaba, era para ver cómo reaccionabas.
Diego sonrió, pero no dijo nada.
*Luca: Mejor no vuelvas a hacerlo.
*Rebeca: Sonohrina, estás en la clínica. No puedes comer cada vez que quieras.
*Sonohrina: La ventaja de no estar embarazada ahora.
*Agatha: ¡Ay, loca! ¿Cómo dices algo así en un momento como este? (Rio)
*Loredana: ¿Bromeabas también?
*Sonohrina: ¿Yo? No. Esta vez no. (Miró a Diego con mirada insistente)
*Diego: (La miró fijamente) ¿Qué?
*Sonohrina: Tú sabes ya lo que quiero para luego de navidad, ¿verdad?
*Diego: Hablamos de eso luego ¿Sí? (Se ruborizó)
*Luca: Pero mírate... (Rio) Sonohrina, creo que ya has tenido muchos hijos...
*Agatha: Sí, para mi gusto sí... (Rio) Estás bromeando ¿Verdad, prima?
*Sonohrina: Ya dije que no.
*Loredana: Pero si viniste bromista para la visita de este año... (Rio)
*Sonohrina: ¡Que no es una broma!
*Rebeca: Mejor no hables de eso ahora, Sonohrina... (Rio)
*Diego: Yo voy a ver si consigo al médico, porque ya ha tardado mucho en venir a revisar a Sonohrina. (Abrió la puerta de la habitación y se fue)
*Agatha: Bueno, yo lo voy a acompañar... (Sonrió nerviosamente) No vaya a ser que se pierda. (Se fue detrás de Diego)
*Luca: No creo que se pierda, pero es tarde para decirlo porque ya se fue.
Agatha alcanzó a Diego y lo abrazó por la espalda. Él volteó para saber quién lo había abrazado, al verla no dijo nada.
*Agatha: Noto que cuidar a mi prima es mucho para ti, ¿verdad?
*Diego: Es lo que debo hacer. Es mi esposa.
*Agatha: ¿Qué harás el sábado?
*Diego: Cuidar a Sonohrina.
*Agatha: Haz algo distinto... Es navidad... No estés preso aquí con ella... Anda, ¿quieres venir a cenar con nosotros en la casa?
*Diego: No creo que a tu papá le guste.
*Agatha: Si no le gusta, yo lo saco fuera de la casa... (Con mirada de súplica) Ven, por favor.
*Diego: ¿Y quién cuidará de Sonohrina?
*Agatha: Los médicos.
*Diego: Lo pensaré, ¿de acuerdo? (No muy convencido)
*Agatha: Sí. Llámame cuando sepas qué vas a hacer.
Diego asintió. Al rato, el médico salió de una habitación. Diego se le acercó para preguntarle por qué no había pasado aún a revisar a Sonohrina.
*(Médico): Bueno, a eso iba en este momento.
*Diego: Me alegra saber eso.
Sonohrina se quedó dormida mientras Luca y Rebeca conversaban. Loredana se fue a la cafetería para comer algo junto con sus padres y con su tío Eugenio.
*Rebeca: ¿Aún están en la casa?
*Luca: ¿Quiénes?
*Rebeca: Los que Walter te contó. Los que rompieron la ventana.
*Luca: No lo sé... No me ha contado más sobre eso.
En ese momento, se abrió la puerta y llegaron Diego, Agatha y el médico. Diego alcanzó a oír la última frase de Luca, se preocupó.
*Diego: ¿Sobre qué?
*Rebeca: ¿Qué?
*Diego: ¿De qué hablaban?
*Luca: No, de nada importante.
*Diego: (Se acercó a Sonohrina y la abrazó) Mira, ya llegó el médico.
*Sonohrina: (Se despertó) Sí... Pero...
*Diego: ¿Pero qué?
*Sonohrina: ¿Por qué no me dejas dormir más?
*Agatha: Te van a revisar y no puedes estar dormida...
*Rebeca: ¿Necesita que nos marchemos?
*(Médico): Sí. Necesito estar a solas con la señorita.
*Diego: ¡Señora! Ella es mi esposa.
*(Médico): Lo siento... (Rio) Es que para mí es una muchacha porque aún es joven.
*Sonohrina: (Sonrió) Gracias.
*Luca: ¿Cuántas veces lo has dicho ya? Para responder así es porque ya lo has dicho muchas veces.
*Diego: Sólo dos. Pero yo digo las cosas una sola vez y por eso me altera tener que repetirlo.
Todos salieron y el médico se quedó solo con Sonohrina en la habitación.
*Diego: ¿Has hablado con Walter?
*Luca: Sí.
*Rebeca: Los niños están bien, no te preocupes...
*Agatha: Me gustaría visitarlos algún día a Italia. (Abrazó a Diego)
*Luca: Algún día, tranquila. Algún día vendrás a visitarnos.
*Agatha: Quiero conocer a los niños en persona... Y pasar tiempo con ustedes.
Todos se quedaron callados porque no sabían qué decirle. Al rato, el médico salió de la habitación de Sonohrina y les ordenó que la dejaran dormir tranquila. Sonohrina estaba muy cansada y dormir le hacía bien para la recuperación; necesitaba tener fuerzas para poder soportar el trasplante.

domingo, 20 de septiembre de 2009

20º Capitulo

En la tarde del día siguiente, el médico llamó a la casa de Sonohrina para comentarles quién sería el donante para Sonohrina. El tío Eugenio atendió el teléfono.
*Eugenio: Sí, dígame toda la información.
*(Médico): El donante será su hermana, ya que usted cuenta con el 25% de compatibilidad con la médula de la paciente.
*Eugenio: De acuerdo. La comunicaré. Que tenga un buen día.
*(Médico): Igualmente.
Colgaron. Eugenio los reunió a todos en la sala para poder comunicar la información que le dio el médico. No tardaron en estar todos reunidos en la sala.
*(Papá de Sonohrina): Dinos, ¿qué ocurrirá con nuestra hija?
*Eugenio: El médico me dijo que el donante será Loredana porque su médula es 100% compatible con la de mi sobrina.
*Loredana: De acuerdo.
*Agatha: ¿Pero se va a salvar?
*Eugenio: Espero que sí.
*Luca: Ella es fuerte y se salvará. Yo sé que ella se va a salvar de la muerte.
*Rebeca: Yo voy a orar por ella, lo necesita.
Mientras eso ocurría, en la clínica Diego estaba ayudando a Sonohrina para que caminara un poco por el pasillo. El médico le recomendó caminar por los pasillos de la clínica.
*Diego: Yo no te voy a dejar sola aquí en ningún momento, Sonohrina. (Sonrió) Te cansarás de mí... (Rio)
*Sonohrina: No me cansaré de ti. Me agrada que me acompañes ¿Hoy no vendrán a visitarme?
*Diego: No sé, no he hablado con nadie.
Volvieron a entrar a la habitación. Diego pensó en llamar a Luca para animar a Sonohrina con las visitas.
*Luca: Diego, no sé si hoy podamos visitarla porque vamos a la iglesia.
*Diego: ¿Y luego de la iglesia?
*Luca: Puede ser... Depende de la hora, Diego.
*Diego: De acuerdo. Si vas a venir, llama para acá, ¿está bien?
*Luca: Sí. Espero que Sonohrina no se deprima. Que no vayamos a la clínica ahora no quiere decir que no la queremos.
*Diego: Oren por ella, lo necesita.
*Luca: Sí, para eso es que vamos a la iglesia. Hablamos pronto.
*Diego: Está bien.
La llamada terminó. Diego estaba por explicarle a Sonohrina todo lo que Luca le dijo, pero la vio dormir y decidió dejarla tranquila.
Mientras eso ocurría, Walter y Valeria llevaron a los niños al parque de diversiones. Estaba fuera de Verona, pero los llevaron para distraerlos de tanta tensión acumulada por la salud de Sonohrina.
*Diego Luca: ¡Quiero un algodón de azúcar! ¡Quiero un algodón de azúcar! ¡Quiero un algodón de azúcar!
*Milagros: Yo también.
*Walter: Está bien. Les compraré sus algodones de azúcar.
*Valeria: Luki, ¿pero tanta hambre tienes? Te acabas de comer una hamburguesa.
*Diego Luca: Tengo hambre... Y quiero mi algodón de azúcar.
*Elisa: Yo también quiero uno.
*María Alejandra: Yo también.
*Mateo: Está bien, me uniré a la petición de algodones de azúcar.
*Walter: Para eso compraré siete algodones de una vez...
*Valeria: No, gracias Walter. Estoy a dieta y quiero cuidarme.
*Walter: Está bien. Bueno, yo tampoco quiero, no tengo hambre.
*Diego Luca: (Desesperado) Pero yo sí, así que vamos a comprarlos ya.
Walter compró cinco algodones de azúcar, uno para cada niño, y siguieron paseando por el parque.
*Elisa: Esto sí es pegajoso. No me lo imaginaba así. Yo creía que era un algodón.
*Diego Luca: Yo también.
*Milagros: Pero está dulce e igual me gusta.
*Mateo: Es pegajoso así que te puedo pegar un poco de algodón en el cabello, hermanita.
*Milagros: Ni se te ocurra.
*Walter: No te pongas a inventar, Mateo. Pórtate bien.
*Mateo: De acuerdo.
*Diego Luca: ¡Álzame, Walter! Estoy muy cansado y no quiero caminar más.
*Milagros: Estoy igual.
*María Alejandra: Yo también.
*Elisa: A mí me duelen las piernas.
*Mateo: Somos dos.
*Valeria: No son dos. Son cinco. Cinco niños pequeños y cansados.
*Diego Luca: ¡No! Yo no soy pequeño.
*Valeria: Entonces ¿Cuántos años tienes?
*Diego Luca: Cuatro.
*Valeria: Para mí eres pequeño. (Rio)
Se montaron en la van que Valeria alquiló y regresaron a Verona con peluches y dulces que los niños habían comprado. Valeria debía salir con su novio al día siguiente y Walter tenía que asistir a las grabaciones de su nuevo cd. Luego de un poco de escándalo con canciones infantiles cantadas por los niños, ellos se cansaron y se quedaron dormidos en lo que quedaba de camino hasta la casa de Walter.
Esa noche, todos se reunieron en la sala de la casa de Walter para ver una película.
*Diego Luca: ¿Dónde está tu novia, Walter?
*Walter: En su casa.
*Mateo: ¿Cómo se llama?
*Walter: Lo sabré cuando llegue.
*Milagros: ¿Tú tienes novia?
*Walter: No.
*Elisa: ¿Por qué?
*Walter: Tengo mucho trabajo. Tengo muchas admiradoras, pero ninguna es mi novia.
*María Alejandra: Yo tampoco tengo novio.
*Walter: Ninguno de ustedes tiene pareja porque no tienen aún la edad para eso. Es mucha responsabilidad. Mejor vivan sus vidas felices y luego se complican la vida con sus parejas.
*Diego Luca: Yo veo que mis papás son novios y son felices. Yo quiero tener una novia.
*Mateo: Papá y mamá no son novios, están casados.
*Milagros: Eso se llama esposos.
*Diego Luca: Bueno, si tener una esposa hace feliz, entonces yo quiero una.
*Walter: Para eso tienes que tener una novia.
*Diego Luca: Pero yo quiero una esposa, es mejor.
*Walter: Primero tienes que ser novio de la muchacha y después te casas con ella y es tu esposa.
Luego de diez minutos, los niños se fueron a dormir. Walter les leyó un cuento y se fue al estudio para revisar su correo electrónico. No había mensajes nuevos, así que decidió jugar un juego de Internet y luego irse a dormir.
En Venezuela aún era temprano; Luca, Rebeca, Agatha y Loredana se fueron de paseo por el parque que quedaba cerca de la casa de Sonohrina luego de ir a la iglesia.
*Luca: ¿Cómo estarán los niños allá en Italia?
*Rebeca: De seguro bien, los hemos dejado en buenas manos.
*Luca: Sí. Walter los cuida bien. Ya en Italia es muy tarde para llamar ahora, pero mañana llamaré para saber cómo están y qué han hecho.
*Loredana: Ellos sufrirían si vieran a mi hermana de esa manera.
*Agatha: Gracias a ti, ella se va a curar, porque tú serás la donante.
*Loredana: Sí. Ya quiero verla bien, alegre como siempre... (Comenzó a llorar) No puedo verla así...
*Luca: Loredana, ella se va a curar en poco tiempo. (La abrazó para consolarla)
*Loredana: Hicieron bien al traerla...
*Rebeca: Si no la traíamos, se muere en Italia. Los niños no pueden donar su médula porque son muy pequeños, no podríamos salvarla allá.
*Agatha: Lo que no me ha gustado es la manera como mi papá ha tratado a Diego.
*Luca: A mí tampoco. Me alegra que Diego esté con Sonohrina en la clínica.
*Loredana: Nosotras sabemos algo que ustedes no saben...
*Rebeca: Cuéntanos, por favor. Bueno, si quieres.
*Agatha: Mi papá fue quien organizó la fiesta donde mi prima y Diego interactuaron más entre ellos.
*Rebeca: Según lo que me contaron, ¿es aquella que se realizó en el hotel Humboldt?
*Agatha: Sí. Bueno, mi papá fue quien los invitó a la fiesta. Él supo que ustedes estaban promocionando su primer trabajo discográfico y le pareció una excelente idea invitarlos a su fiesta.
*Luca: Osea, que gran parte del matrimonio entre Diego y Sonohrina se lo debemos a tu papá ¿Cierto?
*Agatha: Exacto.
*Rebeca: No puedo creerlo... ¿Y cómo él vio que Sonohrina y Diego tenían algo misterioso en la fiesta?
*Agatha: Eso sí que no lo sé.
*Loredana: (Dejó de llorar) Yo sí. El dueño de la fiesta era mi tío, yo estaba allá. Mi hermana y yo teníamos guardaespaldas que nos vigilaban toda la noche. Uno de ellos le contó a mi tío que Diego estaba buscando algo más que amistad con mi hermana. Cuando ella estuvo sola, mi tío la llamó desde lo lejos y comenzaron a discutir.
*Agatha: Por lo que me contaste, Loredana, mi papá le pegó una bofetada a mi prima.
*Loredana: Sí, y empezaron a gritarse...
*Luca: Eso no sé cuándo ocurrió, porque Diego estuvo toda la fiesta con tu hermana... (Recordó un poco) Esperen, yo a Diego lo había llamado para salir del salón de fiesta porque quería hablar con él. Eso ocurrió mientras él y Sonohrina hablaban.
*Loredana: No creo que Diego la trate mal...
*Agatha: Yo he visto que la quiere mucho.
*Rebeca: Se equivocan. Él no la quiere mucho, la ama.
*Luca: Te equivocas, la adora.
*Loredana: La idolatra... (Rio) La trata como una reina. Eso me alegra.
*Agatha: (Sonrió ligeramente) A mí también, aunque quisiera encontrar a alguien que me quiera así como Diego quiere a mi prima.
*Loredana: ¿Y qué habrá sido de Camilo?
*Agatha: No sé. Es guapo, pero no es el hombre ideal para mi prima. Chicos, Camilo es...
*Luca: Sí, ya lo sabemos.
*Rebeca: ¿Quién es Camilo?
*Agatha: El ex-novio de mi prima.
*Luca: ¿Recuerdas el que secuestró a Milagros?
*Rebeca: Sí... ¿Es él?
*Luca: Sí.
*Agatha: Ya va, ¿secuestró a quién?
*Rebeca: A Milagros, la hija de Sonohrina y Diego.
*Loredana: ¿Y por qué secuestró a Milagros? No entiendo...
*Luca: Él quería recuperar a Sonohrina, creyó que su plan de secuestro era perfecto para eso.
*Agatha: ¡Qué loco!
*Loredana: Sí, no puedo creerlo... ¿Y cuándo fue eso?
*Luca: Hace unos meses. Hace pocos meses.
Loredana y Agatha no podían creer que Camilo fuera capaz de secuestrar a una niña inocente sólo para lograr uno de sus objetivos. Regresaron a la casa luego de compartir un grupo muy grande de anécdotas y verdades que unos sabían y otros no.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

19º Capitulo

Luego de una hora, el médico llegó a la sala de espera para comunicarles el estado de Sonohrina.
*(Médico): La señorita...
*Diego: Señora. Ella es mi esposa.
*(Médico): De acuerdo. La señora reaccionó.
*Diego: ¿Puedo verla?
*(Médico): Sí... ¿Ya hay un donante para su trasplante de médula?
*Eugenio: Sí. Su hermana y yo.
*(Médico): Vengan para realizarle las pruebas y saber quién será el donante definitivo.
El tío Eugenio y Loredana siguieron al médico y Diego entró a la habitación donde estaba Sonohrina en la sala de emergencias. Ella estaba despierta y sonrió al ver a Diego.
*Diego: Sonohrina, ¿cómo te sientes?
*Sonohrina: Bien. Dieguito, me quiero ir a casa.
*Diego: No puedes irte ahora.
*Sonohrina: Pero si yo estoy bien, Dieguito. Me quiero ir a casa.
*Diego: Hablé con el médico y dijo que te quedas aquí hasta que te hagan el trasplante de médula. Quizá, si estás aquí, te adelanten la fecha del trasplante y te curas en menos tiempo de lo que creías.
*Sonohrina: Pero me quiero ir, Dieguito. No me gusta estar aquí.
*Diego: Hablaré con el médico para saber si te puedes ir.
*Sonohrina: Pero traelo para que hable conmigo también.
*Diego: Está bien.
El médico mandó enfermeras para que trasladaran a Sonohrina hasta una de las habitaciones que estaban vacías. Allá todos pudieron entrar a verla y estar con ella.
*(Médico): Lo más recomendable es que no regreses a tu casa porque vamos a adelantar la fecha del trasplante. Te podrás curar antes de lo que creías.
*Sonohrina: ¿Por qué? Yo me quiero ir a mi casa... No quiero estar aquí.
*Eugenio: ¡Mejor es que hagas caso! (En voz muy alta)
*(Mamá de Sonohrina): Eugenio, no le grites.
*Eugenio: Nunca hace caso.
*(Papá de Sonohrina): Eso no significa que tengas que gritar.
*Diego: Yo soy su esposo y quiero quedarme con ella aquí en el hospital.
*Luca: Bueno, entonces nos vamos a la casa y buscamos las cosas de ustedes para traerlas aquí.
Todos salieron y se fueron a la casa para buscar las cosas de Sonohrina y Diego y llevarlas a la clínica. Ellos se quedaron en la habitación. Sonohrina comenzó a llorar porque se sentía deprimida, Diego la consolaba.
*Diego: Te vas a curar muy pronto, Sonohrina. (La abrazó y le besó la frente) No te preocupes porque todo estará bien.
*Sonohrina: No... (Lo abrazó) Dieguito, yo no quiero estar aquí. Yo me quiero ir a mi casa. No me siento bien aquí. No quiero estar sola.
*Diego: No estarás sola porque yo voy a estar aquí acompañándote. No te dejaré sola. Trata de no alterarte porque puede que te afecte y empeores.
Sonohrina se tranquilizó y no dijo nada. Al rato, Luca y Rebeca llegaron hasta la clínica con cuatro maletas y un bolso grande. Adentro estaba ropa y artículos de primera necesidad. Los acompañaron unas horas y luego regresaron a casa.
*Luca: Rebeca, tengo algo que decirte, pero no digas nada cuando estemos con Sonohrina y Diego.
*Rebeca: ¿Qué pasó?
*Luca: Bueno, sucede que Walter me llamó cuando estábamos en la clínica y me contó que alguien se metió en la casa.
*Rebeca: ¿Cómo es posible? ¿Él cómo sabe? (Preocupada)
*Luca: Porque escuchó un ruido y vio la ventana de la sala rota. Cuando entró para saber si todo estaba en orden, vio que no se robaron nada. Pero por favor, no le digas nada a Diego ni a Sonohrina. Ellos se enterarán luego. Ahora están viviendo una situación muy difícil y Sonohrina no puede alterarse.
*Rebeca: De acuerdo. Se enterarán a su debido momento.
Mientras eso ocurría, Walter dormía tranquilamente. De pronto, escuchó el grito de un hombre. Walter se despertó alarmado y se asomó por la ventana para tratar de entender lo que el hombre gritaba.
*Camilo: ¡Mi niña! Quiero verte... Quiero verte, mi niña hermosa.
Walter decidió encaminarse hasta la casa de Luca y Diego para saber qué estaba pasando realmente. Entró a la casa.
*Walter: ¿Qué está pasando? Salga de donde esté... No son horas para andar gritando.
*Camilo: ¿Quién eres tú?
*Walter: Un vecino ¿Estás arriba?
*Camilo: No... (Mintió)
*Walter: Aquí abajo no te veo, así que te agradezco que bajes. Si no bajas, tendré que subir y hablar contigo seriamente.
*Camilo: Sube, no me importa. Aquí te espero.
Walter subió y entró a la habitación de Diego y Sonohrina. Encontró a Camilo acostado en la cama con el martillo al lado.
*Camilo: ¿Quién eres tú?
*Walter: Soy Walter. Un vecino.
*Camilo: (Sonrió) Entonces tú sabes lo que busco... (Se acercó a él) Sabes dónde está mi niña.
*Walter: ¿Quién es tu niña?
*Camilo: Mi novia. Ven, te cuento una cosa, a ver si me entiendes y me puedes ayudar. No te haré daño porque si te mato, no me podrás ayudar.
*Walter: Dime lo que quieres, y por favor deja la casa de mis amigos.
*Camilo: Amigos. Está bien, sí me puedes ayudar... (Sonrió) Yo soy el novio de una chica que vive aquí, pero me la robaron. Ella está supuestamente casada con un tal Diego... ¿Sabes de quién hablo?
*Walter: Sí, pero ellos no están en Italia ahora.
*Camilo: Hagamos un trato... (Sonrió) Si no me ayudas, te mato ¿Sí?
*Walter: No me mates, yo te ayudaré en lo que pueda.
*Camilo: ¿Dónde están? Mi niña hermosa... ¿Dónde está?
*Walter: En Estados Unidos.
*Camilo: ¿Y por qué?
*Walter: Mis amigos se tomaron unas vacaciones y se fueron a Estados Unidos.
*Camilo: ¿Cuándo regresa?
*Walter: No lo sé, no me dijeron.
*Camilo: Sí sabes... ¿Quieres morir?
*Walter: No... En serio no sé cuándo regresan.
*Camilo: Yo no me moveré de este lugar hasta que mi niña no llegue. Tú me ayudarás a llevar al ladrón a la cárcel... O al manicomio, no sé... (Sonrió y rio con malicia) ¿Verdad?
*Walter: Sí, por supuesto... (Mintió) Y yo también quisiera pedirte un favor...
*Camilo: Sí, tranquilo. Yo te pago todo el dinero que quieras.
*Walter: No. No es dinero ¿Cómo te llamas?
*Camilo: Me llamo Camilo.
*Walter: Camilo, yo no te pido dinero. Yo lo que quiero es que no te robes nada de lo que está aquí y que no rompas nada, eso es todo.
*Camilo: Yo por ahora no romperé nada, tampoco voy a robar. Lo que yo vine a buscar es a mi niña, para llevarla conmigo a Venezuela y tener una vida feliz juntos... (Sonrió) Con muchos niñitos pequeños y hermosos... Vine también para vengarme de ese ladrón que me la robó.
*Walter: Bueno, me voy. Hablamos en otra oportunidad sobre el plan que tienes. Por favor, no grites; no es hora para gritar, todos están durmiendo.
*Camilo: Sí. De acuerdo, ya sé que mi niña no me escuchará, así que no vale la pena que gaste mi voz. Prefiero guardarla para mi matrimonio con ella, al momento de decir que la acepto como esposa.
Walter regresó a su casa. Los niños seguían durmiendo tranquilamente y no se dieron cuenta de su ausencia. Walter se acostó en su cama y se durmió cómodamente. No se escucharon más gritos.
Horas después, Diego y Sonohrina estaban en la habitación de la clínica conversando un rato. La hora de visitas había terminado, así que Luca y Rebeca no pudieron entrar a la habitación.
*Diego: (Le acariciaba la mano a Sonohrina mientras sonreía) Quiero verte sana, feliz, celebrando la vida...
*Sonohrina: En poco tiempo. En menos del que imaginaba.
*Diego: Sonohrina, yo quiero verte feliz siempre.
*Sonohrina: Yo también. Sé que no te hago del todo feliz... Pero... (Comenzó a llorar) Quiero que sepas que...
*Diego: Tú sí me haces feliz, Sonohrina. Yo te amo. (La abrazó) No llores.
*Sonohrina: Quiero que sepas que yo también te amo. No me olvides.
*Diego: ¿Por qué hablas así?
*Sonohrina: Porque... Dieguito...
*Diego: Dime. (Le acarició el cabello y le secó las lágrimas)
*Sonohrina: Yo sé que hay muchas probabilidades de que muera en poco tiempo, y quiero que seas feliz con quien realmente te ame como te lo mereces. (Lo abrazó)
*Diego: No vas a morir, te lo prometo. No te dejaré morir, y menos sola.
*Sonohrina: (Se tranquilizó) Tengo hambre.
*Diego: Hablaré con el médico para saber cuándo te traen la comida. (Se fue)
Fuera de la habitación, el médico revisaba unos análisis y conversaba con otro médico sobre ellos.
*(Médico 1): El donante definitivo es el voluntario 2.
*(Médico 2): Sí. Tiene la médula exacta a la señorita que necesita el trasplante ¿Cuento contigo para ese momento?
*(Médico 1): Sí.
*(Médico 2): Perfecto. Porque te necesito.
En ese momento, llegó Diego. Los médicos guardaron silencio.
*(Médico 1): ¿Se le ofrece algo?
*Diego: Sí. Mi esposa tiene hambre y quiere saber a qué hora va a comer.
*(Médico 2): En diez minutos es la hora de la cena para los pacientes.
*Diego: Otra cosa, es sólo una curiosidad ¿Por qué ella cree que se va a morir?
*(Médico 1): Bueno, quizá porque...
*(Médico 2): Déjame explicarle yo. Señor, su esposa no está nada bien. Le realizamos más análisis y pudimos ver que la señora empeoró gravemente su salud... No es mentira, si ella siente que se va a morir y no lucha por vivir, morirá. Usted tiene que darle ánimo.
*Diego: ¿Y si ella no se anima por sobrevivir mientras le realizan el trasplante, puede morir?
*(Médico 2): Todo es posible. Ella puede salvarse y puede morir, las probabilidades son iguales. Haremos todo lo que esté a nuestro alcance.
*Diego: ¿Les puedo pedir un favor?
*(Médico 1): Sí, adelante.
*Diego: Hagan más de lo que esté a su alcance. No la dejen morir.
*(Médico 2): Usted anímela a luchar. Dígale que la vida es maravillosa y hágala sentir bien, importante y quiérala... Si ella ve que usted y muchos más la quieren, querrá luchar por su vida y será feliz. También su vida depende de usted, no sólo de nosotros y Dios.
Diego se fue de nuevo a la habitación, trató de disimular su preocupación y su tristeza por Sonohrina porque no quería ponerla peor de lo que estaba. Él la ayudaría a estar animada.

domingo, 13 de septiembre de 2009

18º Capitulo

Esa mañana soleada, Sonohrina se sentía contenta. No sabía el por qué, pero se sentía feliz.
*Diego: ¿Qué tienes, Sonohrina? (Sonrió) ¿Estás loca?
*Sonohrina: No sé, me siento feliz... (Lo abrazó)
*Diego: (La abrazó) Misteriosamente, me contagias esa alegría que tienes. (La alzó y la acostó en la cama)
*Sonohrina: (Rio) Dieguito, me vino una idea muy buena...
*Diego: ¿Cuál? Si se puede saber.
*Sonohrina: Quiero hacer un video para saludar a los niños, a Walter y a todos por Italia. Quiero hacerles saber que estoy bien.
*Diego: (Sonrió tímidamente) De acuerdo. Vamos para afuera y lo grabas en el jardín.
Salieron al jardín y Sonohrina se sentó en el banquillo que tenían. El banquillo era como un columpio porque se podían mecer, era un poco ancho. Diego tomó la cámara y comenzó a grabar todo mientras Sonohrina se mecía en el banquillo.
*Sonohrina: (Sonrió) Hola todos ¿Cómo están? En menos de dos semanas ya estaré curada del todo y podremos vernos. Espero no me extrañen mucho... (Rio) Nos veremos pronto. Los quiero. (Lanzó un beso a la cámara y Diego dejó de grabar) Gracias, Dieguito... (Lo abrazó)
*Diego: (La abrazó) Sonohrina, ya quiero que te cures del todo. (Le besó el cuello) No sabía que tenías este banquillo en tu casa, es muy lindo.
*Sonohrina: Sí... Es que aún no lo sabes, pero te lo quiero contar... Mi tío Eugenio era fotógrafo y traía modelos para acá y les tomaba fotos. En parte fue así como conocí a Camilo. Su hermana Raquel es modelo y trabajaba con mi tío.
*Diego: Perdón, pero... ¿Cómo conociste a Camilo?
*Sonohrina: En una fiesta que organizaron sus padres. Ellos invitaron a mi tío y él nos llevó a mi familia y a mí para la fiesta. Comenzamos a bailar mientras hablábamos e intercambiamos números de teléfono y correos electrónicos. Una semana después, comenzamos a salir y al mes me pidió que fuera su novia. Mi peor error fue aceptar... Él después empezó a salir con otras mujeres sin que yo lo supiera, hasta que lo vi con otra chica. Luego de casi dos años, te conocí a ti... (Lo besó) Te traté mal porque creí que serías igual a él.
*Diego: Yo jamás te dejaría por otra... (La besó) No existe nadie que sea como tú... (La besó) Te amo.
*Sonohrina: Yo también... (Lo besó)
Estuvieron besándose un rato hasta que llegaron Rebeca y Luca. Los estaban buscando para ir de compras.
*Luca: (Sonrió) Ya entendí... (Rio) Aquí no puede verlos el tío Eugenio entonces aprovechan para besarse ¿No? (Rio)
*Diego: No le digas a nadie. (Sonrió)
*Rebeca: ¿A quién le vamos a decir? (Sonrió) Estamos de acuerdo con la felicidad y el amor que hay entre ustedes. Sólo vinimos para saber si querían salir de compras y luego a comer helado, pero veo que están ocupados... (Rio)
*Sonohrina: Sí, Dieguito yo quiero ir a comer helado.
*Diego: Vamos, entonces.
Sonohrina sabía de una heladería muy buena y los llevó hasta allá. Al llegar, tomaron la mejor mesa que había ahí y pudieron disfrutar de sus helados.
*Luca: Hablé con Valeria hoy.
Valeria era una de las primas que tenían Luca y Diego. Vivía en Roma, pero estaba de visita por Verona luego de estudiar arduamente en la Universidad.
*Diego: ¿Qué te dijo?
*Luca: Todos están bien. Ella llevará a los niños la semana que viene a un paseo.
*Sonohrina: Yo quisiera estar con los niños y poder regalarles muchas cosas para esta navidad, pero no puedo... Tengo que estar aquí.
*Luca: Nosotros también queremos, pero decidimos acompañarte porque nos importas mucho.
Sonohrina se sintió extraña en ese momento, quizás era la sensación que sentía cuando estaba en aquella heladería. Ahí tuvo lugar el primer beso que tuvo con Camilo, el cual fue su primer beso. Comenzó a recordar.
*Camilo: (La miraba con ternura) No puedo creer que yo sea el primer muchacho que sale contigo. Tú eres muy linda y no comprendo cómo puede ser que nadie haya salido contigo. (Le acarició el cuello)
*Sonohrina: Es que... Bueno, como ves, soy muy tímida. (Sonrió ligeramente)
*Camilo: (Se acercó un poco a ella) ¿En serio?
*Sonohrina: (Se alejó porque presentía lo que podía pasarle) Sí... (Sonrió tímidamente)
*Camilo: ¿Qué sucede?
*Sonohrina: Nada... (Su corazón se aceleró) Nada, Camilo... No pasa nada... (Rio nerviosamente)
*Camilo: Está bien, no te tomaré por sorpresa y veo que estás nerviosa. (Le tomó la mano) Sólo intento darte un beso ¿Puedo? (Sonrió tiernamente)
Sonohrina no sabía qué responder, pero luego de cinco segundos, asintió ligeramente. Camilo sonrió, le acarició la mejilla izquierda y la besó con ternura. El recuerdo terminó y Sonohrina siguió comiendo su helado como si nada hubiese pasado.
*Luca: Volvamos a casa.
*Rebeca: Sí, yo estoy un poco cansada. Aparte no creo que sea bueno para Sonohrina el hecho de estar mucho tiempo fuera de casa.
*Diego: Tienes razón... ¿Qué tienes, Sonohrina?
*Sonohrina: Nada... (Se notaba preocupada o triste)
*Diego: (La abrazó) Esta mañana estabas muy contenta... Algo tienes, Sonohrina ¿Te sientes mal?
*Sonohrina: No mucho.
*Diego: Mejor vamos a casa para que descanses.
Al llegar a casa, Sonohrina se acostó en su cama y se quedó dormida. Se sentía un poco mal, pero sólo tenía un mal presentimiento.
Mientras eso ocurría, Camilo estaba muy callado en su celda. Eso le extrañaba a los policías, porque él siempre estaba con un escándalo en su celda, siempre llamaba a Sonohrina a gritos.
*(Policía): ¿Vas a cenar?
*Camilo: No tengo hambre.
*(Policía): ¿Qué te pasa?
*Camilo: Quiero salir de aquí.
*(Policía): Por los momentos no puedes, Camilo. Es peligroso que salgas de la cárcel.
*Camilo: ¿No me puedes sacar? Yo tengo que buscar a mi niña.
*(Policía): No puedo hacer eso, Camilo. Tienes que cumplir tu sentencia.
Camilo se quedó callado. El policía supo que él tenía algo en mente, pero no dejaría que se concretara. Encontró un martillo en el suelo y lo tomó para esconderlo dentro de su uniforme. Cambió de opinión y se levantó de la cama, tenía un plan.
*(Policía): ¿Qué pasa?
*Camilo: Voy a cenar.
*(Policía): Dijiste que no querías.
*Camilo: Ahora sí quiero.
El policía llevó a Camilo hasta el comedor y él se sentó en una silla que había libre. Comió en silencio hasta que otro policía pasó por detrás de él para vigilar a los reclusos mientras comían; no habían más policías en el comedor, así que Camilo sacó el martillo rápidamente y le pegó por la cabeza al policía. Todos los reclusos aplaudieron e hicieron ruido.
*Camilo: (Guardó el martillo) ¡Hoy salimos de esta pesadilla, amigos! (Tiró la comida al piso) No aguanto más seguir comiendo esta cochinada. Yo voy a buscar a mi niña hermosa.
Camilo se fue corriendo hacia la ventana y rompió los vidrios. Se lanzó por la ventana y se fue corriendo a la casa de Luca y Diego. Tocó el timbre y nadie contestó.
*Camilo: ¡Mi niña hermosa! Vine aquí por ti... Te amo.
Camilo comenzó a escalar el muro que había enfrente de la casa, rompió una de las ventanas con el martillo y se metió adentro de la casa. Las luces estaban apagadas y había un silencio muy fuerte.
*Camilo: (Pensó) Veo que no estás aquí, mi niña. Te esperaré aquí. (Se acostó en el sofá y se durmió)
Por suerte, Walter había visto la ventana rota en la casa, acostó a los niños y fue a investigar. Camilo escuchó ruidos en la puerta y se escondió bajo las escaleras. Walter abrió la puerta, ya que él tenía una copia de la llave y prendió la luz para asegurarse que todo estaba bien.
*Walter: Sal de donde quiera que estés y pon todo lo que tienes en el suelo.
Camilo no se movió de donde estaba. Al ver que todo estaba en su sitio, Walter cerró la puerta con llave y se fue a su casa.
*Camilo: (Pensó) ¿Y quién es ese? Bueno, voy a subir.
Camilo subió las escaleras con cuidado de no tropezarse y entró al cuarto de Diego y Sonohrina. Se acostó en la cama y rodó en ella.
*Camilo: Mi niña... Extrañaba tu olor... Huele a ti, preciosa... ¿Dónde estás en este momento? Quiero verte.
Mientras eso sucedía, Walter tomó el teléfono y llamó a Luca para contarle todo lo que había sucedido en su casa.
*Walter: ¿Dónde estás ahora?
*Luca: En la clínica, Sonohrina se complicó, se desmayó. No sabemos qué le pasó exactamente.
*Walter: Bueno, no le digas esto a Diego por ahora, pero se metieron en la casa. No se robaron nada, yo revisé. Pero la ventana de la sala está rota.
*Luca: Llama a la policía... Walter, no podemos hacer nada ahora, lo siento.
*Walter: De acuerdo. Cualquier cosa, vuelvo a llamarte.
*Luca: Sí, chao.
*Walter: Chao.
Luca se acercó a la silla donde Diego estaba llorando y Rebeca lo consolaba.
*Diego: No entiendo qué pasó... Ella estaba hoy muy feliz en la mañana.
*Luca: Pero en la heladería se puso rara.
*Eugenio: Eso la empeoró, esa salida... ¿Es que tú eres loco? ¿Cómo se te ocurre llevarla a una heladería si está enferma?
*(Papá de Sonohrina): Eugenio, cálmate. Estás en una clínica.
*Rebeca: Sí, aparte la idea fue mía. Ella estaba bien...
*Luca: Le agradezco que a mi esposa no quiera caerle a golpes, señor.
*Eugenio: ¿Pero en qué pensaban?
*Agatha: Papá, tranquilo. Mi prima estará bien y ella volverá a casa.
*Loredana: Sí, tienes razón.
Todos estaban muy preocupados por Sonohrina y los médicos decidieron que ella permaneciera en la clínica hasta el día en que le realizarían el trasplante.

martes, 8 de septiembre de 2009

17º Capitulo

Esa noche, Luca decidió escribirle un correo a Walter para anunciarle cómo iba todo con Sonohrina.
"Hola, Walter ¿Cómo va todo en casa? Te cuento que el trasplante de Sonohrina será en dos semanas; no sabemos por qué, pero tenemos que estar en la clínica cuatro días antes. El donante será su tío Eugenio y si no funciona, su hermana Loredana se ofreció como donante. Espero que todo salga bien. Besos a los niños. Luca."
Luca se sentía un poco nervioso, no sabía qué ocurriría si todo salía mal.
*Rebeca: Tranquilo, mi amor. Todo va a estar bien, Sonohrina se va a salvar.
*Luca: Eso espero.
*Rebeca: (Lo abrazó) Si quieres hablo con la mamá de Sonohrina para que te preparen un té.
*Luca: No gracias, Rebeca... No quiero nada.
*Rebeca: Bueno, pero cálmate porque todo va a salir bien.
*Luca: Eso espero. Rebeca, no quiero que Sonohrina muera. Me da lástima por los niños porque ellos la adoran.
*Rebeca: Ella no morirá, Luca. Todo saldrá bien... ¿Por qué cambiaste esa actitud positiva que tenías antes con respecto a Sonohrina?
*Luca: Porque hoy en la tarde... Ella cree que nadie la vio, pero yo sí la vi... Estaba sangrando de nuevo, tenía días que no le pasaba eso. No le dije nada a Diego para no alterarlo.
*Rebeca: Todo se va a solucionar, Luca. Vas a ver. (Lo abrazó)
Luca también la abrazó sin decirle nada y comenzó a llorar disimuladamente.
Mientras eso ocurría, Diego estaba en la sala sin poder dormir; no por la incomodidad del sofá, sino porque estaba preocupado por Sonohrina. En ese momento, escuchó que alguien bajaba las escaleras y cerró los ojos para que lo creyeran dormido. Sintió una caricia en la frente y abrió los ojos. Era la mamá de Sonohrina.
*(Mamá de Sonohrina): Bajé a la sala porque no podía dormir... (Sonrió ligeramente) ¿También tú?
*Diego: No. Pasa que la condición para quedarme aquí es dormir en el sofá, lejos de Sonohrina... Su hija.
*(Mamá de Sonohrina): ¿Y quién te dijo que tú no puedes dormir con mi hija? Eres su esposo.
*Diego: Eugenio... Él me tiene la contra y no entiendo por qué.
*(Mamá de Sonohrina): Si mi hija se casó contigo tuvo que ser porque te quiere mucho. Ella estuvo en romances con un chico de mucho dinero y prestigio en el país... Creí que se casarían, pero no fue así. Él la dejó por otra.
*Diego: ¿Habla de Camilo?
*(Mamá de Sonohrina): ¿Lo conoces?
*Diego: Sí, por desgracia ¿Usted lo quería?
*(Mamá de Sonohrina): Lógicamente, por ser el novio de mi hija... Pero yo sabía que ellos no se casarían. Algo me lo decía... Mi hija no es fácil y eso me agrada...
*Diego: (Respiró profundo y rio nerviosamente) Dígamelo a mí. Convencerla para casarse fue difícil, aunque ella no se casó obligada... Su hija es maravillosa.
*(Mamá de Sonohrina): Te noto incómodo en el sofá. (Sonrió) Ve a dormir con ella.
*Diego: (Sonrió) Gracias.
Diego se dirigió al cuarto de Sonohrina y se acostó a su lado. Ella no notó nada porque estaba profundamente dormida. Diego le besó la mejilla y la abrazó. La puerta estaba cerrada con llave para que el tío Eugenio no los viera juntos. Al rato, Sonohrina se despertó y abrazó a Diego.
*Diego: (Le acarició el cabello) Sonohrina, aún no es de día... Duérmete.
*Sonohrina: ¿Qué hora es?
*Diego: Son las 2:15 de la mañana.
*Sonohrina: Ya que me desperté, no puedo dormir. (Sonrió) Aunque si dormimos abrazados, quizá me duerma.
*Diego: Está bien... (Sonrió y la besó)
*Sonohrina: Pero mi tío te va a lastimar, Dieguito. Si te encuentra aquí conmigo estarás en problemas con él.
*Diego: No. La puerta está cerrada con llave y tu tío no sabe que vine para estar contigo. Tu mamá sí sabe, pero yo le caigo bien.
*Sonohrina: (Sonrió) Ella sí te quiere, Dieguito. Me lo ha dicho.
*Diego: Vamos a dormir, Sonohrina. (La abrazó y la cubrió con la cobija)
*Sonohrina: Sí... (Lo abrazó)
Luego de unas horas, en Italia, Walter llevó a los niños a una fábrica de chocolates que había en Verona. Ellos estaban muy emocionados.
*(Guía): Bienvenidos a la fábrica de chocolates.
*Elisa: ¿Usted es Charlie?
*(Guía): No. Me llamo Carlo, pero si quieres, me llamas Charlie... (Rio)
*María Alejandra: Eres muy parecido a Charlie.
*Walter: Bueno, en verdad los traje para que conocieran cómo funciona la fábrica.
*Diego Luca: Tú dijiste que íbamos a conocer a Willie Wonka.
*Carlo: (Rio) Entremos a la fábrica para explicarles cómo funciona todo.
*Milagros: Está bien.
*Mateo: Sí.
Entraron en la fábrica y vieron la máquina que se encargaba de procesar el chocolate. Todos estaban impresionados, menos Diego Luca. Walter tomó fotos de la máquina.
*Diego Luca: ¿Cuándo vamos a ver a Willie Wonka?
*Carlo: (Rio) Está de vacaciones... (Para no romperle las ilusiones)
*María Alejandra: ¿Y los Umpa Lumpa?
*Carlo: Tienen día libre hoy.
*Elisa: ¡Ay, Charlie! Después quiero comer chocolate ¿Sí?
*Carlo: De acuerdo. (Sonrió)
*Milagros: Pero no veo la fuente de chocolate, ni las cosas que salen en la película.
*Carlo: Hemos remodelado la fábrica.
*Mateo: ¿Y dónde tienen todo eso?
*Carlo: Lo tuvimos que cambiar.
*(Todos los niños): (Desilusionados) De acuerdo.
*Diego Luca: ¿Y cuándo regresa Willie Wonka?
*Carlo: (Sonrió) Te avisaré cuando regrese para que lo vengas a conocer.
*Diego Luca: De acuerdo... Me llamas a mi casa y yo vengo.
*Carlo: Sí. Espero les haya gustado el paseo y es una lástima que no hayan podido ver lo que querían.
*María Alejandra: No importa, Charlie. Yo quiero mi chocolate... (Rio)
*Carlo: (Rio) Bueno, aquí tienen... (Les dio una barra de chocolate a cada uno)
*(Todos): Gracias.
Luego del paseo, se fueron a casa y se bañaron rápido para poder ver una película que trasmitirían esa noche. Mientras cenaban y veían la película, sonó el celular de Walter. Era Joe.
*Walter: Niños, esperen aquí ¿Sí?
*(Todos los niños): Sí.
Walter se fue a su habitación para poder hablar con Joe en privado.
*Joe: Dijiste que tenías novedades sobre Sonohrina... ¿Qué pasó?
*Walter: El trasplante será en dos semanas, pero deben ir a la clínica cuatro días antes. El donante será su tío y si no funciona, será su hermana.
*Joe: La verdad es que todos estamos muy preocupados por ella. Hemos rezado mucho para que se salve y siga viviendo.
*Walter: Gracias.
*Joe: Te dejo porque me estoy quedando sin crédito en el celular. Hablamos en otra oportunidad ¿Sí?
*Walter: De acuerdo. Saludos a todos y cuídense mucho.
*Joe: Igualmente. Besos a los bebés.
La llamada terminó y Walter siguió cenando con los niños. Al día siguiente, recibirían la visita de Jacopo, Giancarlo, Roberto, Joe, Frankie, Kevin, Nick, Adriana, Jackie y Danielle.

viernes, 4 de septiembre de 2009

16º Capitulo

Esa mañana, Walter se despertó para revisar su correo electrónico. Encontró la respuesta que le había mandado Luca.
"Gracias, Walter. Está muy lindo el correo que nos envió Frankie. Sé que fue él, pero sé también que fue desde tu computadora porque él nos anexó esa información. Todos estamos bien, gracias a Dios. Apenas se tenga fecha para el trasplante que se le realizará a Sonohrina te daremos los detalles. Por favor, comunícale a los vecinos que a nuestro regreso haremos una gran fiesta para celebrar la recuperación de Sonohrina. Un abrazo. Luca."
Walter decidió responderle.
"Me alegra que les haya gustado el correo, porque es muy reciente y ese día la pasamos muy bien juntos. Les comunicaré a los vecinos toda la información que me den de Sonohrina, pero los niños no sabrán nada. Espero poder ocultarles esa información, porque ellos son muy astutos y pueden encontrar la manera de enterarse. Un abrazo. Walter."
En ese momento, los niños despertaron muy contentos. Fueron al estudio para saludar a Walter y darle los buenos días.
*Walter: ¿Y por qué están tan felices? (Sonrió)
*Diego Luca: Porque cada día que pasa es un día menos para que nos ocurran cosas buenas. (Sonrió)
*Walter: ¿Como qué?
*Mateo: Navidad, año nuevo y el regreso de nuestros padres a Italia.
*Milagros: Sí... Ya quiero que mi mamá regrese sana y salva.
*Walter: Así será... (Pensando) Espero... (Comió un poco de pan) ¿Y qué quieren hacer hoy?
*María Alejandra: Quiero comer helado.
*Elisa: Queremos ir en la tarde a alguna heladería ¿Podemos?
*Walter: Sí.
Mientras eso ocurría, Camilo estaba pasando malos días en la cárcel. No dejaba de hablar y llamar a Sonohrina, tampoco dejaba de quejarse de Diego y de insultarlo. Los policías se habían encargado de sedarlo en varias oportunidades y tuvieron que recurrir a un neurólogo para saber si realmente sufría de locura o no. Esa mañana, Camilo estaba sentado en una silla fuera de la celda esperando a hablar con uno de los policías.
*Camilo: (Respiraba un poco agitado) ¡Quiero ver a mi niña! ¡Mi niña... Hermosa!
*(Policía): (Se sentó frente a él) Aquí tengo un material que quisiera discutir contigo.
*Camilo: Hable, pero yo quiero ver a mi niña...
*(Policía): No estás bien de la cabeza, Camilo. Tú sufres de locura.
*Camilo: Sí... (Rio mientras se mecía hacia adelante y hacia atrás consecutivamente sobre la silla) ¡Mi niña! Yo estoy loco, sí... (Asintió) Loco de amor... De amor... (Rio) De amor por mi niña... (Rio) Esa mujer es hermosa... Muy hermosa, señor. Yo quiero recuperarla, pero primero debo salir de aquí.
*(Policía): Saldrás muy pronto. (Mintió)
*Camilo: Luego de salir debo terminar con el hombre que me la quitó... (Asintió nerviosamente) Sí... Y usted me va a ayudar... Ese hombre es quien debiera estar aquí en la cárcel, yo no (Lo miró a la cara sonriendo) ¿Cuánto dinero quiere para sacarme de aquí?
*(Policía): No necesito dinero extra porque mi sueldo es muy bueno, Camilo.
*Camilo: ¿Pero me ayudará a recuperar a mi niña?
*(Policía): Sí... (Mintió) Ahora debes volver a tu celda.
*Camilo: No, ¡qué fastidio! ¿Cuándo me voy a ir de aquí?
*(Policía): En poco tiempo. Vamos a tu celda porque tengo que hablar con otros reclusos.
El policía llevó a Camilo hasta su celda. Él tomó la foto que tenía de Sonohrina en su celda.
*Camilo: (Sonreía mientras acariciaba la foto) Mi niña hermosa, pronto estaremos juntos... (Besó la foto) Te amo, princesa... (Besó la foto) En cuanto salga de aquí, voy a buscarte.
En Venezuela, Sonohrina, Diego, Luca, Rebeca, Agatha y Loredana fueron a pasear unas horas al centro comercial. Luego fueron a una pizzería que había dentro del centro comercial para almorzar.
*Sonohrina: (Abrazó a Diego) Extraño a los niños, Dieguito.
*Diego: Yo también. Acabo de ver un señor vestido de Papa Noel y los recordé.
*Agatha: ¿Por qué ellos no vinieron?
*Luca: Porque son muy pequeños. Los mayores son mellizos, hijos de Diego y Sonohrina, y tienen cinco años.
*Rebeca: Ellos no pueden ver a su mamá enferma, y menos en el hospital, porque la adoran.
*Loredana: Yo los conocí cuando eran bebés y ahora son niños ¿Después los podrían traer?
*Diego: Sí, luego los traeremos.
*Sonohrina: Dieguito... ¿En la casa podemos hablar?
*Diego: ¿Sobre qué?
*Sonohrina: No, aquí no... En casa.
*Diego: De acuerdo... (Siguió comiendo)
*Luca: ¿Cómo te sientes, Sonohrina?
*Sonohrina: Bueno, ahora me siento bien.
*Agatha: No quisiera que se repita lo que pasó la vez anterior, prima. Luego de comer vamos a casa.
*Rebeca: Es verdad. Me enteré que te estabas sintiendo muy mal, Sonohrina.
*Sonohrina: Sí.
*Loredana: Por mi parte ya podemos irnos. Yo ya terminé.
Todos terminaron de comer y se fueron a casa para evitar que Sonohrina se sienta mal por exceso de esfuerzo. Diego entró con Sonohrina a su cuarto.
*Diego: ¿Qué me quieres decir?
*Sonohrina: Que te amo... (Sonrió y lo besó) Que no quiero morir y dejarte aquí solo... (Lo abrazó)
*Diego: No te vas a morir... (La besó) Yo no permitiré que eso ocurra.
*Sonohrina: (Sonrió) Quisiera que tuviéramos otro hijo... Al menos por si muero...
*Diego: No te vas a morir, Sonohrina... (La besó)
*Sonohrina: (Lo besó) Te amo, Dieguito.
*Diego: Escucha, yo también te amo pero no quiero que te agites mucho. Es por tu bien, Sonohrina. Por ahora no podemos tener más hijos. Es peligroso, por tu enfermedad.
*Sonohrina: ¿Sólo por mi enfermedad?
*Diego: Sí. Descansa, Sonohrina. Te hará bien.
*Sonohrina: ¿Cuándo me harán el trasplante?
*Diego: Ayer mientras estabas de siesta, llamaron desde la clínica y me preguntaron si podía ser en dos semanas.
*Sonohrina: De acuerdo.
*Diego: Pero tenemos que ir cuatro días antes a la clínica. No sé por qué...
Esa noche, se reunió toda la familia para cenar.
*(Papá de Sonohrina): ¿Quién donará la médula?
*Eugenio: Yo.
*(Mamá de Sonohrina): ¿Y si no resulta?
*Eugenio: ¿Por qué no? Soy familiar.
*Diego: Eres pariente.
*Eugenio: Tú cállate. Para mí es lo mismo.
*Diego: Pues no. Pariente es distinto a familiar.
*Eugenio: No veo la diferencia, y te dije que te calles.
Diego se molestó y Sonohrina le tomó la mano para tranquilizarlo.
*Sonohrina: No te molestes, Dieguito. Respira y quédate tranquilo.
*Loredana: Lo he pensado... Si la médula de mi tío no resulta compatible, yo quiero ser la donante.
*Luca: De acuerdo... ¿Qué dices, Sonohrina?
*Sonohrina: Tendríamos que esperar. Sólo me quiero recuperar y les agradezco la ayuda.
*Agatha: Te ayudamos porque somos tu familia.
*Rebeca: En Italia ella creía que ustedes no querrían ayudarla.
*Agatha: ¿Por qué?
*Rebeca: Por... No sé... ¿Por qué era, Sonohrina?
*Sonohrina: Sólo un presentimiento... (Sonrió)
*Diego: Bueno, gracias por la cena. Yo me voy...
*Agatha: Espera. Yo quiero hablar contigo, Diego.
*Diego: Está bien.
*Agatha: ¿Me esperas en mi cuarto?
*Diego: Sí... De acuerdo.
Diego fue al cuarto de Agatha y la esperó durante quince minutos. Los demás estaban viendo la televisión y conversando para distraer a Sonohrina porque la notaban muy desanimada.
*Agatha: ¿Qué harías si... (Cerró la puerta) Mi prima se muere?
*Diego: Ella no morirá.
*Agatha: ¿Qué sabes tú, Diego? No sé, te pregunté porque te noto muy apegado a ella y quisiera saber qué harías si ella muere.
*Diego: Yo no permitiré que ella muera, Agatha. Haré todo y más de lo que esté a mi alcance para que ella se quede aquí en la tierra conmigo.
*Agatha: ¿Y si a pesar de todo lo que hagas, ella muere?
*Diego: Muero con ella.
*Agatha: Aún eres joven y puedes conocer a otra mujer. Te lo digo porque es la verdad, eres guapo y no creo que te sea difícil encontrar a otra mujer.
*Diego: Como Sonohrina no existe nadie.
*Agatha: ¿Y mejor?
*Diego: Tampoco. Ella es perfecta para mí. La amo y si ella muere, yo muero con ella.