viernes, 26 de febrero de 2010

47º Capitulo

Sonohrina siguió llorando por la muerte de Camilo, pero más le dolía todo lo que le había pasado a Diego. Hasta donde ella sabía, él había dado su vida por ella. Se acercó a Diego y lo abrazó mientras él estaba en el suelo acostado.
*Sonohrina: Dieguito... Te extrañaré... Yo no quería que te murieras... Ni tú ni Camilo. (Le besó el abdomen)
Sonohrina tomó con el puño parte de la camisa de Diego y siguió llorando hasta que se sorprendió al sentir un abrazo. Levantó la cabeza y vio a Diego sonriéndole.
*Sonohrina: (Se secó las lágrimas) ¿Qué?
*Diego: (Sonrió) Hola, Sonohrina.
*Sonohrina: ¿Y con qué valor tú me dices "Hola, Sonohrina" y sonriendo? (Se levantó) ¡Eres de lo peor!
*Diego: Sonohrina... Perdóname por haberte hecho caer en mi farsa... Pero es que era la única manera de que Camilo no me hiciera nada.
*Sonohrina: Está bien. Pero me asustaste...
*Diego: Estas heridas son falsas. Lo que no me agrada es que tus heridas sí sean reales. Busca tu bolso y nos vamos a la clínica ahora para que te revisen.
*Sonohrina: De acuerdo... Dieguito, te amo... (Lo besó)
*Diego: (La abrazó y la alzó un poco) También yo... (La besó)
Damiano seguía en shock. No podía creer que había matado a Camilo. Se había dejado llevar por la rabia. Luego de cinco minutos, llegó para allá el señor Mauro. Vio a Sonohrina y a Diego besándose acostados en el pasto.
*Mauro: ¿Y... Qué pasó aquí?
*Diego: (Dejó de besar a Sonohrina y levantó la vista) Hola, señor. (Sonrió ligeramente)
*Mauro: ¿Qué pasó aquí? ¿Dónde está Camilo?
*Sonohrina: Dieguito, yo hablo con él. (Se levantó del pasto) Señor Mauro es que Camilo...
*Mauro: ¿Camilo qué?
*Sonohrina: (Un poco nerviosa) Camilo se murió.
*Mauro: ¿Qué? ¿Como que Camilo se murió?
*Sonohrina: Sí... Murió.
*Mauro: (Enojado) ¿Y dónde está? Al menos quiero saber dónde está su cuerpo. (Tomó a Sonohrina por el cuello de la camisa con violencia) ¿Qué le hiciste?
*Diego: ¡Deje a mi esposa en paz!
*Mauro: Todo esto es culpa tuya. Si tú no hubieses llegado a la vida de esta mujer, ella y Camilo serían felices en Venezuela casados y con muchos hijos... ¿Dónde está mi hijo?
*Sonohrina: Él cayó al precipicio...
*Damiano: No mintamos. Señor, yo lo maté en defensa propia.
*Luca: ¡Damiano!
*Mauro: Te vas a arrepentir de haber nacido... Con mi hijo no se mete nadie...
Seis meses después, en Berlín, Ricardo y Yoe estaban en una cafetería merendando. Mucha gente caminaba por fuera de la cafetería, pero Ricardo le prestó atención sólo a una de ellas, una muchacha que le pareció muy linda y se sintió atraído por ella. Parecía hipnotizado.
*Yoe: Ricardo... Ricardo, ¿qué tienes?
*Ricardo: Esa chica que va por ahí es muy hermosa.
*Yoe: ¿Cuál?
*Ricardo: La que va por ahí...
Yoe no había alcanzado a verla. Cuando fue a botar el plato de plástico donde había comido su trozo de torta, se tropezó sin querer con una chica que le pisó el pie. Ricardo había regresado al hotel para esperar a Yoe allá.
*(La muchacha): Disculpa. No fue mi intención.
*Yoe: No te preocupes, tampoco la mía... ¿Cómo te llamas?
*(La muchacha): Me llamo Viviana ¿Y tú?
*Yoe: Me llamo Joelyn, pero llámame Yoe... Así me llaman mis amigos... (Sonrió)
*Viviana: No quiero estar sola ¿Me quieres acompañar a comer y nos conocemos mejor?
*Yoe: De acuerdo.
Ambas eligieron sentarse en una mesa para dos personas mientras Viviana se tomaba un café. Conversaban sobre sus gustos y su vida cotidiana. Viviana también era venezolana. Luego de terminar su café, Viviana y Yoe se quedaron conversando hasta luego de media hora, sonó el celular de Yoe.
*Ricardo: ¡Yoe... Te estoy esperando! ¿Dónde estás?
*Yoe: En la cafetería.
*Ricardo: ¿Todavía estás ahí?
*Yoe: Sí... Es una larga historia, ya voy para allá.
*Ricardo: De acuerdo. Te espero entonces. Chao.
*Yoe: Chao. (Colgó) Viviana, lo siento, me tengo que ir. Nos vemos pronto, me caíste bien, si quieres dame tu número de celular.
*Viviana: Está bien (Le dictó su número) ¿Y el tuyo cuál es?
*Yoe: (Le dictó su número) Hablamos pronto para vernos de nuevo y seguir conversando. Chao.
*Viviana: Chao.
Yoe llegó al hotel y entró al baño a darse una ducha. Ricardo veía televisión porque ya se había duchado. El lunes siguiente, Ricardo tuvo que levantarse temprano para ir al trabajo. Bajó al restaurante que estaba en el hotel para desayunar y luego se fue en tren hasta el trabajo. Cuando llegó, se sorprendió al ver a la misma muchacha que había visto caminando desde afuera de la cafetería; decidió no perder tiempo y acercarse a ella.
*Ricardo: Disculpa, ¿eres nueva aquí?
*Viviana: Sí. Mi tío me contrató.
*Ricardo: Tu tío... Tu tío es mi jefe... (Rio)
*Viviana: (Rio) Sí, el mío también... ¿Cómo te llamas?
*Ricardo: Me llamo Ricardo ¿Y tú?
*Viviana: Mi nombre es Viviana. (Sonrió) Si quieres podemos almorzar juntos en tres horas.
*Ricardo: Claro, con gusto. Ya que trabajaremos juntos, nos conocemos mejor.
Cada uno tomó su camino para empezar con su trabajo. Ricardo se sentía muy feliz de estar trabajando con Viviana, realmente le agradaba esa muchacha. Pasaron tres horas y se fueron a almorzar en la cafetería que había cerca del lugar de trabajo. Conversaban y reían mientras comían y se conocían mejor. Viviana se sentía bien porque ella al principio se sentía un poco nerviosa al llegar a Alemania porque pensaba que no habrían otros venezolanos, pero conoció a Yoe, quien resultaba ser la hermana de Ricardo, pero ella aún no lo sabía. Intercambiaron números de celular y luego volvieron al lugar de trabajo.
Entre tanto, en el hotel, Yoe extrañaba a los Fainello. Recordaba todas las fiestas que tuvo la oportunidad de compartir con ellos, trataba de no recordar a Walter, pero no podía evitar también extrañarlo. Tomó el teléfono de la habitación del hotel y una tarjeta para realizar llamadas a larga distancia y llamó a la casa Fainello.
*Diego Luca: ¿Hola?
*Yoe: Hola ¿Quién es?
*Diego Luca: Diego Luca Fainello... ¿Quién es?
*Yoe: Hola, Luki, es Yoe.
*Diego Luca: ¡Yoe! ¿Cómo estás?
*Yoe: Bien ¿Y tú?
*Diego Luca: Bien.
*Yoe: ¿Cómo están todos por tu casa?
*Diego Luca: Bien.
*Yoe: Luki, ¿te puedo confiar algo?
*Diego Luca: ¿Qué?
*Yoe: Luki, estoy con Ricardo en Alemania. Estoy estudiando y hoy tuve el día libre. Por favor no le digas nada a Walter. Puedes decirle si quieres a tus padres, a tus hermanos, primitas y tíos que los extraño mucho.
*Diego Luca: Sí, yo les digo.
*Yoe: Pero por favor no le digas nada a Walter.
*Diego Luca: De acuerdo.
La llamada terminó luego de diez minutos, Yoe realmente extrañaba a los Jonas y a los Fainello.

viernes, 19 de febrero de 2010

46º Capitulo

Mariano y Sonohrina iban en una camioneta con aire acondicionado. Sonohrina comenzó a sentirse cansada.
*Sonohrina: Disculpa... ¿Y cómo te llamas?
*Mariano: Me llamo Mariano.
*Sonohrina: ¿Adónde me vas a llevar, Mariano?
*Mariano: Al lugar donde está la persona que necesita de ayuda.
*Sonohrina: ¿Falta mucho para que lleguemos?
*Mariano: No, para nada... Ya falta muy poco.
Mientras eso ocurría; Rebeca, Diego y Luca estaban saliendo de la clínica. Se iban a casa con la información sobre los tratamientos de embarazo. Eran muy costosos, pero los harían.
*Rebeca: Sonohrina hoy viene a almorzar ¿Verdad?
*Diego: Sí. Lo raro es que no ha llegado.
*Luca: Cierto. Su lugar de trabajo no queda tan lejos como para que tarde tanto.
*Diego: Si no llega en media hora, la llamaré.
La media hora pasó y Sonohrina aún no llegaba a la casa, Diego se puso algo nervioso.
*Diego Luca: (Llorando) ¡Papi! Papi... Me picó una abeja...
*Diego: Ven, debo quitarte el aguijón ¿Dónde te picó?
*Diego Luca: En el brazo... Aquí... (Le mostró la picada)
Diego le sacó el aguijón de la piel y Diego Luca se fue a su habitación para calmarse. Diego tomó el teléfono para marcar el número del celular de Sonohrina. Mientras todo eso pasaba, Sonohrina y Mariano acababan de llegar a un lugar fuera de Verona, sólo había una cabaña pequeña en el medio de un jardín inmenso que terminaba en un precipicio.
*Mariano: Adentro está la persona que necesita ayuda.
*Sonohrina: ¿Y qué le sucede a la persona que necesita ayuda?
*Mariano: Entra a la cabaña y verás.
*Sonohrina: Sí...
Sonohrina entró a la cabaña y todo estaba vacío. Mariano cerró la puerta de la cabaña a sus espaldas y Sonohrina sintió un escalofrío y un mal presentimiento.
*Sonohrina: ¿Hola? ¿Hay alguien aquí?
*Camilo: (La abrazó desde atrás) Hola, mi niña.
*Sonohrina: (Volteó) Ca... Camilo...
*Camilo: Sí. Me alegra que hayas venido. (Sonrió) En unos pocos minutos nos vamos a divertir mucho.
*Sonohrina: ¿Ah sí? ¿Y dónde está la persona que necesita ayuda?
*Camilo: No existe tal persona. En esta cabaña sólo estamos tú y yo. Tranquila porque nadie podrá molestarnos mientras nos divertimos un rato... (Sonrió, la abrazó y le quitó la camisa)
*Sonohrina: Ca... Camilo, pero... No me hagas nada malo.
*Camilo: Te dije que nos vamos a divertir... (La besó) No te voy a hacer nada malo...
Camilo tuvo que darle un calmante a Sonohrina porque ella no dejaba de jadear y retorcerse para que Camilo no la tocara. Cuando todo estaba por comenzar, sonó el celular de Sonohrina y Camilo atendió la llamada.
*Diego: ¿Quién es?
*Camilo: Tu peor pesadilla.
*Diego: ¿Quién?
*Camilo: ¿Acaso ya me olvidaste? Soy yo, Camilo.
*Diego: ¿Y se puede saber qué haces tú atendiendo el celular de mi esposa?
*Camilo: Tu supuesta esposa está conmigo en este momento y la estamos pasando muy bien.
*Diego: ¡Insolente! ¿Dónde estás?
*Camilo: Puedo decirte el lugar en el que estamos, pero nunca podrás detener el amor que hay entre mi niña y yo.
*Diego: Claro que puedo porque mi esposa no está enamorada de ti.
*Camilo: Por supuesto que sí, y mucho. Mira, te la voy a comunicar para que te quede claro que me ama... Me adora.
Camilo le pasó el celular a Sonohrina, pero ella no se sentía muy bien por efecto del calmante.
*Camilo: Dile que me adoras y que ya no lo quieres a él. Que quieres divorciarte y que quieres venirte conmigo a Venezuela.
*Sonohrina: Dieguito, me siento mal.
*Diego: ¿Qué tienes? (Preocupado)
*Sonohrina: No sé... Pero ven pronto, por favor...
*Camilo: Eso no tenías por qué decírselo. (La golpeó a un costado) Ahora yo voy a hablar con él... (Tomó el celular) Anota la dirección que te voy a dictar y no te pierdas en el camino. En una hora te quiero aquí.
Camilo le dictó la dirección de la cabaña abandonada. Diego colgó la llamada y se alistó para salir de la casa. Estaba muy nervioso y enojado, no podía explicarse qué hacía Sonohrina con Camilo. Luca se preocupó.
*Luca: ¿Adónde vas?
*Diego: A buscar a Sonohrina, a rescatarla. Está con Camilo en una cabaña abandonada.
*Luca: Camilo es muy peligroso y no permitiré que te haga daño. Yo iré contigo.
*Diego: Bueno, ven. Rebeca, quédate con los niños porque ellos no pueden quedarse solos.
*Rebeca: De acuerdo, chicos. Si necesitan algo, llámenme.
*Luca: Sí. Cuídate, amor. Nos vemos.
Salieron de la casa, se montaron en el auto de Luca y se dirigieron a la dirección que Camilo había dictado. El tráfico era fluido y pudieron llegar en menos de una hora a la cabaña. Se escuchó un grito que venía de la cabaña, Diego supo que Sonohrina fue quien gritó y corrió hasta la cabaña. Cuando llegó a la puerta, intentó abrirla pero no pudo porque estaba cerrada con seguro. Las ventanas también estaban cerradas desde adentro.
*Diego: ¡Sonohrina! Ya llegué... Estoy aquí por ti.
*Sonohrina: (Gritó mientras lloraba) ¡Dieguito! ¡Ayúdame, Dieguito!
*Diego: La puerta está cerrada con llave, no puedo entrar... ¡Camilo! ¡Camilo, abre la puerta!
*Camilo: Como quieras... (Rio) Fernando, abre la puerta.
Fernando abrió la puerta de la cabaña. Lo primero que Diego vio fue a Sonohrina lastimada, tenía moretones por casi todo su cuerpo y sangraba por la boca y la nariz, lloraba mucho.
*Camilo: Nada más intenta detenerme, tonto... Y verás que no vas a poder.
*Diego: (Enojado) ¿Que no voy a poder?
*Sonohrina: Dieguito, no pelees...
*Luca: Sonohrina, él sólo quiere rescatarte y yo lo voy a ayudar.
Diego se acercó un poco a Camilo con intenciones de golpearlo, pero David lo tomó por los hombros y lo golpeó muy fuerte en el abdomen haciendo que cayera al suelo. Luca se salió de la cabaña para llamar a casa y buscar ayuda.
*Camilo: Mira como te retuerces... (Rio)
*Diego: ¡Cállate! (Se levantó del suelo)
*Camilo: Encárguense de él, mientras yo me ocupo de mi niña hermosa... (Le besó la mejilla)
*Sonohrina: Dieguito... (Seguía llorando) No lo lastimen.
*Camilo: Tú no les das órdenes. Chicos, hagan lo que quieran con él... (Sonrió) Les doy libertad para que hagan lo que quieran.
Fernando, David y Mariano se fueron con Diego fuera de la cabaña. Al salir sonrieron los tres mientras miraban a Diego. Él se asustó.
*David: Escucha, yo no quiero volver a la cárcel.
*Mariano: Ni yo.
*Fernando: Así que tenemos un plan. (Sonrió) Pero tienes que colaborar mucho.
*Diego: ¿A qué se refieren?
*Mariano: Llamen a su hermano, él puede ayudarnos.
Fernando y David fueron a buscar a Luca por los alrededores. Cuando lo encontraron, regresaron adonde estaban Mariano y Diego.
*Mariano: Necesito que colaboren los dos. Ustedes pueden... (Sonrió)
*Luca: ¿A qué te refieres?
*Mariano: Vamos a traicionar a Camilo... (Sonrió) Y de una manera cruel.
*David: Yo hice un curso de maquillaje profesional antes de caer en la cárcel por tráfico de drogas. Así que en la camioneta que ustedes ven frente a la cabaña está todo mi equipo. Iré por él y nuestro plan comenzará. Diego, perdóname el golpe ¿Aún te duele?
*Diego: Un poco.
Luca, Mariano y Fernando fueron a buscar todo el equipo de David.
*Diego: ¿Y qué me van a hacer ahora?
*Fernando: Algo loco, pero que funcionará. Trajimos todos los implementos; maquillaje, reproductor de sonidos... Haremos toda una película acá afuera. (Rio)
*Mariano: Grabamos sonidos de golpes en Internet y los copiamos en un CD para que se escuche como si te estuviéramos golpeando, Diego. Tienes que colaborar... Si quieres, puedes gritar de dolor de vez en cuando, aunque no te vamos a tocar.
*David: Te vamos a maquillar. Como si fueras un actor, vas a tener heridas falsas.
*Luca: (Sonrió) Suena divertido... ¿Y yo en qué puedo ayudar?
*Fernando: Sí, lo es. Bueno, tú puedes ponerte histérico... Como si tu hermano de veras estuviese muy herido. Al final tienes que quedar inconciente, Diego.
*Diego: De acuerdo. (Sonrió) Hagámoslo... ¿Y Sonohrina no saldrá para verme herido?
*David: Sí, trataremos de que Camilo y ella salgan de la cabaña. Pero no le menciones nuestro plan a Sonohrina.
Todo el plan salió a la perfección, de veras David tenía talento para maquillar y simular heridas en la piel. Diego sólo pensaba que él era suertudo de que sus heridas fueran falsas, pero las de Sonohrina no. Luego de media hora, Luca llamó a casa para hablar con Rebeca. Damiano atendió el teléfono.
*Luca: Damiano, necesitamos que vengas a ayudarnos porque Sonohrina está encerrada en una cabaña con un loco que la está lastimando.
*Damiano: ¿En serio? Ya voy para allá. Dame la dirección.
*Luca: Sí, es esta, anota. (Le dictó la dirección)
*Damiano: Gracias, ya voy para allá.
Damiano estaba muy enojado. Él se había encariñado con Sonohrina, no estaba enamorado de ella, pero no quería que le hicieran daño. Salió en dirección a la cabaña. Cuando llegó, Diego ya estaba acostado en el piso simulando estar muy herido e inconciente. Hicieron que Damiano se lo creyera.
*Damiano: ¿Dónde está Sonohrina?
*Luca: Dentro de la cabaña.
*Damiano: (Golpeó muy fuerte la puerta) ¡Sonohrina, soy yo, Damiano!
*Camilo: ¿Quién es Damiano, mi niña?
*Sonohrina: Un amigo de Dieguito.
*Camilo: ¿Y para qué trae amigos? Es tan débil que necesita amigos que lo respalden... (Rio) Espera que abro la puerta y le parto la cara al tal Damiano.
Camilo abrió la puerta y Damiano lo tomó del cuello de la camisa con mucha violencia.
*Damiano: ¿Dónde tienes a Sonohrina?
*Camilo: Estamos pasándola excelente. Ella está muy feliz de estar conmigo.
*Damiano: (Vio a Sonohrina golpeada y eso le dio más rabia) ¿Por qué la lastimaste?
*Camilo: Porque ella no quería ser mía, pero al final lo conseguí y espero haber tenido éxito. (Vio a Diego en el suelo) Veo que tu amigo se murió... (Rio) En un rato lo quemaremos. Y a ti también, por insolente.
*Damiano: ¡Cállate, idiota, cállate!
*Camilo: (Sonrió) A mí no me callas. (Sacó una navaja que tenía guardada) Te voy a dejar muy lindo.
Damiano salió de la cabaña con Camilo muy apretado, Sonohrina salió detrás de ellos. Camilo trataba de apuñalarlo pero no pudo. Llegaron hasta un precipicio. Damiano estaba muy cerca de caer.
*Camilo: (Rio) Es tu fin. Si das un paso atrás te caerás en ese precipicio y morirás... Mientras yo quemaré el cuerpo de tu amigo y así mi niña y yo seremos felices en Venezuela (Se acercaba con la navaja enfrente) ¿Cuáles son tus últimas palabras?
Damiano corrió hasta situarse detrás de Camilo, quien ya estaba bastante cerca de caer al precipicio. Antes de que Camilo volteara, Damiano corrió hacia él y lo empujó. Camilo cayó al precipicio. Damiano no podía creer lo que había hecho. Se quedó parado frente al precipicio sin decir nada. David, Fernando y Mariano se fueron a sus casas.
*Luca: Sonohrina... Diego está muy herido. Creo que murió.
*Sonohrina: (Lloró más fuerte) ¡No! ¡Dieguito! (Se acercó a él) Dieguito no te mueras. No te mueras, Dieguito. Yo no puedo estar en este mundo sin ti. Yo te amo, Dieguito. No me dejes... (Lo abrazó) ¡No! (Le besó la mejilla) ¡Dieguito no te mueras!
Damiano llegó hasta donde estaban Sonohrina, Diego y Luca. Estaba muy pálido.
*Luca: ¿Qué pasó, Damiano?
*Damiano: Que lo maté...
*Sonohrina: Damiano, ¿cómo pudiste matar a Dieguito? Él era tu amigo.
*Damiano: A Diego no, al que estaba contigo en la cabaña. Está muerto.
*Sonohrina: ¿Qué? ¡No! ¡Camilo! (Lloró) No puedo creer que... Que Camilo esté muerto... Y que se haya vuelto tan malo... ¿Por qué? ¿Dónde está?
*Damiano: Lo lancé al precipicio.
Sonohrina corrió hacia el precipicio y llamó a Camilo mientras lloraba.

domingo, 14 de febrero de 2010

45º Capitulo

Dos días después, Sonohrina estaba doblando ropa en la habitación de Diego Luca y Mateo. Mientras ella hacía eso, Camilo la espiaba; sabía que no era el momento indicado para ir por ella y llevársela lejos de Diego. Luego de un par de horas, todos los niños se durmieron. Sonohrina, fue a la sala para estar con Diego, Luca y Rebeca.
*Sonohrina: ¿Ustedes no han notado a los niños motivados con la idea de traer otro bebé a la casa?
*Diego: En verdad sí... Pero todo lo que intento para que podamos "traerlo" es fallido, porque siempre lo descubres antes de tiempo.
*Rebeca: Diego, sabes perfectamente que Sonohrina no puede tener hijos por su operación y todo lo que pasó luego de su enfermedad...
*Diego: Sí, lo sé...
*Luca: Y yo no tengo tiempo para pensar en otro bebé... En mi opinión ya estamos más que bien, porque eso significaría otra boca más que alimentar.
*Sonohrina: A menos que...
*Diego: ¿Qué?
*Sonohrina: Me van a odiar, pero se me ocurrió una idea... Dieguito, Rebeca y tú pueden tener un hijo juntos. Ese bebé será primo y hermano de los demás a la vez...
*Luca: (Enojado) ¿Qué? ¿Estás loca? ¿Se te salió un tornillo? ¿O una tuerca?
*Diego: Todo el ensamblaje, diría yo... Perdón, Sonohrina, pero no estoy de acuerdo...
*Sonohrina: Pero sería perfecto. Además que pueden hacerse tratamientos especiales para tener hijos y no pasa nada.
*Luca: ¿No pasa nada? Se va un montón de dinero... Sólo eso ¿No? No pasa nada...
*Rebeca: ¿Es por los niños?
*Sonohrina: Sí. Por ellos.
*Luca: Ni lo piensen, ese tratamiento cuesta millones... No pienso pagar ni un centavo por eso, ni uno.
*Sonohrina: Por favor, es por los niños... Es para verlos felices.
*Luca: No uses a los niños como excusa, Sonohrina.
*Sonohrina: (Con cara suplicante, cosa a la que Diego no se negaba) Por favor...
*Diego: (Respiró hondo) La próxima semana vamos a la clínica para pedir presupuesto.
*Sonohrina: ¿En serio? (Sonrió)
*Diego: Sí. Y todo por esos gestos que haces para convencerme... (Rio) No sé qué tienen...
*Sonohrina: Eres lo máximo, Dieguito... (Lo abrazó) ¿Y qué dices tú, Rebeca?
*Rebeca: Sólo porque vivo aquí y porque tú no puedes tener hijos, lo haré...
*Sonohrina: Luca, ¿y tú qué dices? Eso no es considerado infidelidad, según yo... Dieguito no va a tocar a tu esposa... (Rio) Porque si lo hiciera, lo mato, y lo sabe... (Rio)
*Luca: Ese es el problema, que no me gusta la infidelidad.
*Sonohrina: Te estoy diciendo que no te va a ser infiel.
*Rebeca: Es cierto, lo prometo.
*Diego: También yo.
*Luca: Bueno, hagan lo que quieran... Ya me convencieron a medias.
*Sonohrina: (Sonrió) Genial.
*Luca: A medias, dije.
Luego de diez minutos, ellos se fueron a dormir. Mientras eso ocurría, Camilo citó a tres hombres a su habitación de hotel. Eran tres hombres altos y corpulentos, llamados Mariano, David y Fernando. Los conoció cuando estaba en la cárcel, ellos se escaparon con Camilo de la cárcel y aún la policía no los ha encontrado.
*Camilo: Los cité aquí porque necesito un favor muy grande de ustedes. Resulta ser que hay una chica que amo mucho y ella se fue con un hombre que la embrujó o no sé qué le hizo... Yo necesito que ustedes me ayuden a recuperar a mi chica y a hacer pagar a ese hombre que se interpuso en mi camino.
*Fernando: ¿Y cómo es esa chica?
*Camilo: Es bellísima. Tomen los tres una foto de ella, así la reconocerán rápido. (Les entregó fotos de Sonohrina a los hombres) Por traérmela y hacer pagar al hombre que me la quitó, les daré una suma jugosa de dinero a cada uno. Estamos hablando de sesenta millones de euros para cada uno.
*David: ¿Y de dónde sacarás todo ese dinero?
*Camilo: Mi papá tiene más dinero del que se imaginan y me da permiso de hacer con él lo que yo quiera.
*Mariano: ¿Y quién es el que debe pagar?
*Camilo: A eso iba. El hombre que debe pagar se llama Diego Fainello, ustedes lo conocen ¿Cierto?
*Mariano: Sí, sabemos su dirección de casa y todo.
*Camilo: Perfecto. Yo también... Pero el plan es que yo los estaré esperando en una casa abandonada que hay en el campo. Mi papá y yo la vimos desde el helicóptero privado que tenemos y es perfecta. Uno de ustedes debe ir a su lugar de trabajo, ya les daré la dirección, y convencerla de acompañarlos hasta el lugar que les mencioné, también les daré la dirección.
*Fernando: ¿Y cómo haremos para que Diego Fainello pague?
*Camilo: ¿Acaso nunca han secuestrado a alguien? Lo llamaremos al celular y le diremos que su amada esposa está secuestrada, le damos la dirección y que vaya hasta la casa abandonada. Ahí yo los dejaré ser algo creativos con él, si intenta separarme del amor de mi vida, deténganlo como sea posible y si quieren matenlo, pero sin armas de fuego. Quiero que sufra... Sólo así es que puede pagar todo lo que me ha hecho.
*David: De acuerdo.
*Camilo: Ustedes son fuertes y pueden hacerlo. Confío en ustedes.
*Mariano: No se preocupe, la próxima semana iré a buscarla a su trabajo.
*Camilo: Me agrada tu eficacia. Aquí tienes su dirección de trabajo. (Le entregó un papel pequeño)
*Mariano: Está bien. Mañana mismo la voy a buscar.
*Camilo: Y la llevas a este lugar mientras yo te espero con los demás... Abajo está la dirección de la casa de campo. No se preocupen por la policía porque nadie sabe que esa casa existe, es una cabaña pequeña en medio de la nada. Además ella es muy ingenua y cualquier excusa que uses se la creerá. Cuento con ustedes para todo este plan que tengo de terminar con ese supuesto amor.
*David/Fernando/Mariano: Nos vemos. (Se fueron)
Camilo estaba muy contento porque sabía que su plan tendría todo el éxito que él pronosticaba.
En casa de Walter, él llevaba varios días sin dormir. Aún no entendía el hecho de que Yoe y Ricardo se habían ido de la casa. No tenía ni la más remota idea de dónde podían estar y de si encontraría a Yoe para pedirle perdón por su actitud. Si fuera posible retroceder el tiempo, él lo haría y corregiría todos esos errores que cometió. Joseth ya no le hablaba por todo lo que pasó, Paola no quería ni verlo y sus amigos lo trataban diferente.
*Walter: Yoe, de veras lo siento... Si tan sólo supiera dónde estás... Iría a buscarte y me portaría bien contigo... Perdóname, Yoe... Perdóname... (Comenzó a llorar)
Luego de dos horas, se pudo dormir. Se sentía muy mal, se sentía culpable del hecho de que Yoe se fue de su casa.
La semana siguiente, Diego, Luca y Rebeca llevaron a los niños a la escuela y luego se fueron a la clínica para pedir presupuesto de los tratamientos de fertilidad. Mientras Sonohrina se fue a su lugar de trabajo. A la hora de receso, llegó Mariano y se acercó a Sonohrina con cara de tener una emergencia.
*Mariano: Hola, señorita.
*Sonohrina: Señora. Soy casada.
*Mariano: ¿Tan rápido?
*Sonohrina: Sí... ¿Y qué tiene? ¿Por qué está así?
*Mariano: Es que necesito que usted venga conmigo para ayudarme... Bueno, ayudar a un amigo. Él está en peligro y necesita ayuda. Lo que pasa es que está lejos de aquí.
Sonohrina era una chica muy colaboradora con la gente que necesitaba ayuda, así que aceptó acompañar a Mariano. Él sonrió maléficamente a sus espaldas y la llevó a una camioneta. Sonohrina se subió a la camioneta inocentemente.
*Sonohrina: ¿Adónde me vas a llevar?
*Mariano: Muy lejos porque la persona que necesita de tu ayuda está muy lejos de aquí. Está fuera de la ciudad. No te preocupes porque yo después te regresaré a tu casa.
*Sonohrina: Está bien. No hay problema... Sólo espero poder ayudar mucho a esa persona que necesita ayuda.
*Mariano: Claro que sí, preciosa. Lo ayudarás...
Mariano y Sonohrina salieron de la ciudad rumbo al campo, donde esperaban David, Fernando y Camilo.

lunes, 8 de febrero de 2010

44º Capitulo

Una semana después, Camilo seguía espiando a Diego y a Sonohrina sin que ellos se dieran cuenta. Todo parecía estar muy tranquilo en La Palazzina, todo menos en la casa de Walter. Esa mañana, sonó el despertador a las 10:30 de la mañana. Él acostumbraba a dormir con la puerta de su habitación cerrada con seguro. Cuando bajó los pies para levantarse de la cama, sintió el piso algo extraño, bajó la mirada y había miel untada en todo el piso, se enojó un poco porque no sabía quién habría podido ser. Trató de no enojarse tanto y se levantó de la cama, se alistaría y luego iría al cuarto de limpieza para buscar artículos para limpiar el piso de su cuarto. Al tocar la manilla de la puerta, la sintió algo resbalosa; se alteró al no poder abrir la puerta, eso hizo que se desesperara aún más y maniobrara para abrir la puerta. La manilla de la puerta se salió y eso hizo que se enojara mucho.
*Walter: ¡Maldición! No volveré a dormir con la puerta cerrada con seguro... ¡Auxilio!
Mientras Walter estaba desesperado dentro de su habitación, Ricardo reía silenciosamente en la sala, pero no explicó el por qué.
Luego de un par de horas, Roberto pasó cerca de la habitación de Walter y escuchó sus gritos de auxilio.
*Walter: ¡Por favor, ayúdenme! (Golpeaba la puerta desesperadamente)
*Roberto: Walter, ¿qué te pasó?
*Walter: No sé... Esto es una broma de mal gusto... Por favor, Roberto, ayúdame.
*Roberto: Sí, espera.
*Ricardo: No, mejor déjalo ahí. Él es feliz donde está.
*Roberto: No, no puedo, él debe salir.
Roberto fue a buscar su celular y llamó a los bomberos, dio la dirección de la casa de Walter y ellos no tardaron en llegar. Abrieron la puerta y Walter salió enfurecido de su habitación.
*Paola: Hola, ¿dormiste bien?
*Walter: Sí, pero me desperté mal. Discúlpa mi mal humor.
*Paola: Tranquilo. Bueno, Walter, iré a pasear con Filippo.
*Walter: Está bien. Ve.
*Joseth: Y yo voy a salir con Marco y Damiano.
*Walter: De acuerdo, vayan.
*Yoe: Hola, amor.
*Walter: Hola.
*Yoe: ¿Qué tienes?
*Walter: Me levanté terrible, amor. Perdona... (Vio a Ricardo muy sonriente) ¿Y tú de qué te ríes?
*Ricardo: De nada ¿Por qué?
*Walter: Por saber, ¿acaso fuiste tú?
*Ricardo: No. No sé de qué hablas.
*Walter: ¿Saben? Ya estoy realmente harto. Ustedes se aprovechan de mi nobleza.
*Yoe: Discúlpa, Walter, pero yo no te he hecho nada.
*Walter: ¿Nada? Hablas con tus amigos que para mí son desconocidos, ¿y lo consideras nada?
*Yoe: Walter, creo que te estás pasando.
*Walter: Yo no me estoy pasando.
*Ricardo: Está bien, si tanto te hartamos, nos iremos.
*Walter: Váyanse, pues...
Walter dijo eso en medio de la desesperación y del enojo. Yoe se fue a su habitación a empacar sus cosas al igual que Ricardo. Luego de empacar, Ricardo fue a la habitación de Yoe para hablar con ella.
*Ricardo: Ayer me llamó mi jefe al celular.
*Yoe: ¿Sí? ¿Y qué te dijo?
*Ricardo: Me llamó para decirme que me transferirán a Berlín, Alemania por trabajo.
*Yoe: ¿En serio?
*Ricardo: Sí, por eso fue que le dije a Walter que nos iremos, no le iba a decir eso si no teníamos adónde ir.
*Yoe: Pero, espera... Vas tú, pero yo no tengo nada que ir a hacer allá.
*Ricardo: Allá hay una universidad donde puedes estudiar medicina forense si quieres. (Sonrió) Nos iremos y harás tu sueño realidad.
*Yoe: Buenísimo.
Terminaron de empacar y se fueron de la casa mientras Walter se duchaba. Aún seguía enojado.
Mientras, en la casa Jonas, todos acababan de llegar de las vacaciones que habían tomado. Joe fue a la casa Fainello junto a Frankie luego de que ambos terminaran de desempacar. Frankie se fue a jugar con Diego Luca, Mateo, Milagros, Elisa y María Alejandra. Joe, en cambio, se quedó conversando con Diego y Luca.
*Joe: ¿Qué tal va todo aquí?
*Luca: Pues, bien... Normal... ¿Por qué la pregunta?
*Joe: Porque... Me enteré que Diego no quería que Sonohrina trabajara.
*Diego: Ella es muy terca, consiguió trabajo y se fue para allá. No me quedó de otra que aceptarle ese trabajo.
*Luca: Lo que pasa es que el ex novio de Sonohrina es un loco que se escapó de la cárcel y ella está en peligro aunque no lo sabe.
*Joe: No entiendo bien.
*Diego: Se llama Camilo Bustamante, es un... Es un loco que se escapó de la cárcel. Fue novio de Sonohrina y luego él la dejó por otra, esa otra lo aburrió, luego Sonohrina me conoció a mí, nos hicimos novios, él regresó, yo me fui a Argentina, luego él se enamoró de otra, yo me casé con Sonohrina, esa otra se murió no sé cuándo y ahora él está aquí en Italia pretendiendo volver con ella.
*Joe: ¿Sonohrina sabe que él está aquí?
*Luca: Sí, pero ella no cree que él la esté buscando.
*Joe: Cuídenla.
*Diego: Por eso es que yo no quería que ella trabajara.
*Luca: Sí, pero recuerda que Camilo sabe dónde vivimos, sabe el teléfono, sabe muchas cosas sobre el paradero de Sonohrina. Ella corre peligro hasta en la casa.
*Diego: Bueno, tienes razón... ¿Y cómo les fue en el viaje?
*Joe: Excelente. Pudimos conocer monumentos y tomarnos fotos. La pasamos muy bien.
*Luca: Me alegra saberlo... ¿Quieres tomar o comer algo?
*Joe: No, gracias... Vine a visitarlos y a saber cómo va todo por acá.
Luego de una hora, Joe y Frankie volvieron a la casa Jonas. Mientras eso ocurría, Sonohrina, Rebeca y Sofi estaban en la cafetería del centro comercial donde estaban sus lugares de trabajo.
*Sofi: ¿Y cómo les fue hoy?
*Rebeca: Bien, ¿y a ti?
*Sofi: Bien. Aunque la jornada de hoy fue muy agotadora.
*Sonohrina: Dímelo a mí. No me han dejado de mandar mensajes de texto. Todos son números desconocidos.
*Sofi: ¿Es el mismo número?
*Sonohrina: Sí.
*Rebeca: ¿Y qué dicen?
*Sonohrina: Nada, es sólo el servicio de llamadas.
*Sofi: ¿Por qué no lo llamas?
*Rebeca: Sí, llámalo.
Sonohrina tomó su celular y marcó el número que le salía registrado en el identificador. Nadie respondió la llamada. Eso le extrañó mucho, así que le dejó un mensaje de texto que decía: "Hola, ¿quién eres?" y no recibió respuesta. Luego de dos horas, Diego fue a buscarlas al centro comercial. Dejaron a Sofi en su casa y se fueron a la casa Fainello.
*Rebeca: ¿Le dirás a Diego lo de los mensajes de texto?
*Sonohrina: No... No...
Sonó su celular, Sonohrina atendió la llamada porque vio que era de aquel número desconocido. Era la voz de un hombre, hablaba en susurros.
*Sonohrina: ¿Hola?
*(Hombre): Hola.
*Sonohrina: ¿Quién eres?
*(Hombre): Alguien que te ama... Y quiere estar contigo... Y quiere hacerte cosas lindas...
*Sonohrina: Pero... Dime tu nombre al menos...
*(Hombre): Lo sabrás a su momento.
*Sonohrina: ¿Para qué me mandaste tantos mensajes de texto? Por si no lo sabes, estaba en el trabajo, perdón que sea grosera.
*(Hombre): ¿Y dónde estás trabajando?
*Sonohrina: Estoy trabajando en la tienda del centro comercial cerca de mi casa, al lado hay una papelería.
*(Hombre): Ya sé dónde es. Yo trabajé ahí.
*Sonohrina: Ya va... ¿Tú sabes dónde vivo?
*(Hombre): Sí.
*Sonohrina: ¿Y cómo lo sabes?
*(Hombre): Vuelvo y repito, yo quiero estar contigo para hacerte cosas lindas.
*Sonohrina: Bueno, entiendo. Un placer conocerle, adiós. (Colgó)
Sonohrina estaba algo nerviosa, tenía un mal presentimiento sobre esa llamada; aunque no le prestó mucha atención. Subió al baño para darse una ducha y luego se fue a descansar a su habitación, estaba muy cansada. Al rato, Diego llegó a la habitación y se acostó a su lado, le acarició la frente y le besó la mejilla.
*Sonohrina: Hola, Dieguito.
*Diego: Hola, ¿qué tienes?
*Sonohrina: Nada, estoy bien. Es sólo que hoy fue una jornada bastante agitada.
*Diego: Entiendo. (Le besó el cuello) Y yo voy a hacer que te relajes un poco... (La besó)
*Sonohrina: No, Dieguito, mejor no.
*Diego: Algo te pasa, te conozco, ¿te sientes bien?
*Sonohrina: Sí.
*Diego: ¿Segura?
*Sonohrina: Sí. Además que en cualquier momento pueden entrar los niños y ver lo que estaríamos haciendo... Y no, mejor no.
*Diego: Ellos se fueron a la casa Jonas porque Luca está allá, fue a recibirlos. Te noto tensa.
*Sonohrina: Pues... Dieguito, es que...
*Diego: ¿Qué?
*Sonohrina: Hoy en el trabajo estuve recibiendo mensajes de texto y...
*Diego: ¿Te despidieron?
*Sonohrina: No. No me despidieron porque no me vieron, pero siempre era el mismo número. Llamé y nadie respondió y luego me llamó, respondí y no sé quién era. Era un hombre.
*Diego: ¿Y qué te dijo?
*Sonohrina: Dijo que me amaba y que quería estar conmigo para hacerme cosas lindas... Y... Estoy algo nerviosa, Dieguito... Yo... (Comenzó a llorar) Tengo miedo a que me pase algo.
*Diego: (La abrazó) No te pasará nada. Yo no lo permitiré.
Luego de diez minutos, Sonohrina se calmó y se quedó dormida. Diego no permitiría que le hicieran daño a su esposa.

martes, 2 de febrero de 2010

43º Capitulo

Luego de un par de semanas, Yoe recibió una llamada de parte de su mejor amigo Cristian. Ella no se esperaba dicha llamada. Estaba muy contenta hablando por teléfono hasta que llegó Walter a la sala y la vio sonriente con el teléfono en mano.
*Walter: ¿Con quién hablas?
*Yoe: Con Cristian.
*Walter: ¿Y quién es ese?
*Paola: El novio de mi prima... (Rio) A ella le gusta...
*Yoe: No seas mentirosa, Paola. (Enojada) Walter, es un amigo que tengo desde hace mucho tiempo. El único que me gusta eres tú.
*Walter: ¿Segura?
*Yoe: Sí, muy segura.
*Walter: Bueno... Lo que yo no quiero es que sigas hablando con esos amigos misterio que tienes.
*Ricardo: Walter, por favor, madura ¿Quieres? Mi hermana puede tener los amigos que ella quiera.
*Filippo: Yo entiendo que seas celoso, Walter... Pero tampoco para tanto.
*Luca D: Es cierto, Walter. Yoe tiene derecho a ser libre y elegir a sus amistades.
*Ricardo: Además, tú no eres nadie como para controlarle la vida a mi hermana, no te lo permito.
*Walter: Y tú no eres nadie para darme órdenes.
*Yoe: Bueno, ya. Por favor no se peleen. Walter, ellos tienen razón, que yo sea tu novia no quiere decir que tú me tengas que controlar la vida.
*Walter: Está bien. Digan lo que quieran. Eso sí, Yoe te amo. (Se fue enojado a su habitación)
Mientras eso ocurría, Sonohrina acababa de llegar a la casa y estaba muy cansada. Cuando entró a su habitación, vio su cama rodeada de petalos de rosa. Le pareció muy lindo como se veía y no tenía palabras para expresar nada. En ese momento, se abrió la puerta principal de la casa y Sonohrina se acostó en su cama y se hizo la dormida. Luego de dos minutos, Diego entró a la habitación y vio a Sonohrina acostada en la cama, se desilusionó porque esa era una sorpresa que le tenía y ella la vio antes de que estuviera lista.
*Diego: No importa. Será para otra oportunidad, lo mejor es que duerma porque debe de estar muy cansada.
*Sonohrina: (Abrió los ojos) ¿Para otra oportunidad qué cosa, Dieguito?
*Diego: Sonohrina, es que... Era una sorpresa que te tenía, aún no estaba lista y ya la viste.
*Sonohrina: Lo siento.
*Diego: No importa, ya será para otra ocasión. He notado a Diego Luca muy... Como entusiasmado.
*Sonohrina: ¿En qué?
*Diego: En tener una hermana menor.
*Sonohrina: Dieguito ahora estoy cansada y...
*Diego: Yo sé lo que sientes cuando hablamos de tener otro bebé... Sé que... Sé que en algo te debe incomodar... Por lo que te pasó hace casi un año.
*Sonohrina: Sí ¿Pero sabes? Me vino una idea.
*Diego: ¿Cuál?
*Sonohrina: No sé qué vayas a pensar, pero... Diego... Yo quiero realizarme un tratamiento de fertilidad para poder darte ese bebé que tanto hemos pensado antes y luego olvidamos.
*Diego: No te hagas nada, eso es muy costoso.
*Sonohrina: Para eso estoy trabajando.
*Diego: Sí, pero hay más gastos. Sonohrina, no gastes en eso.
*Sonohrina: También tengo otra idea, pero... Me van a odiar.
*Diego: ¿Qué? ¿Por qué? A ver, dime.
*Sonohrina: Que tú tengas un hijo con alguien más.
*Diego: Sonohrina...
*Sonohrina: Por favor, Dieguito. Hazlo por... Por... Por nosotros.
*Diego: Sonohrina, si yo tengo un hijo con otra mujer, tendré que hacerme responsable y tú sabes que a la única persona a la que yo amo es a ti.
*Sonohrina: Yo también, Dieguito... Pero yo no puedo darte lo que tanto queremos.
*Diego: Podemos adoptar.
*Sonohrina: Después no tendremos el valor para confesarle que no somos sus padres. Dieguito, por favor... ¿Y si traemos a esa muchacha a vivir para acá? Así te haces cargo de tu otro hijo.
*Diego: No. Prefiero intentar que tengamos otro hijo juntos, sabiendo que no se dará, a tener un hijo con otra mujer.
*Sonohrina: ¿Intentar fallido?
*Diego: Sí, pero otro día. Nada perdemos con intentarlo.
*Sonohrina: Tienes razón.
Mientras eso ocurría, Luca y Rebeca estaban en el parque cercano a la casa con los niños. Ellos jugaban alegremente en el parque mientras Luca y Rebeca conversaban un poco.
*Luca: ¿Cómo te fue hoy en el trabajo?
*Rebeca: Bien. Aunque es agotador.
*Luca: Sí, lo sé.
*Rebeca: Pero lo hago por nuestras hijas y sobrinos. También por nosotros mismos.
*Luca: Eso también lo sé. Quisiera pedirte un favor.
*Rebeca: ¿Cuál?
*Luca: Sabes que Camilo anda suelto. He notado que a veces Diego está algo nervioso por el hecho de que Sonohrina esté sola en la calle. Tú trabajas cerca de ella así que te pido que por favor la vigiles y la cuides bien, por favor.
*Rebeca: Sí, no te preocupes. Ella trabaja justo en frente de mi lugar de trabajo y ningún hombre la ha ido a buscar.
*Luca: Yo no quisiera que los niños se den cuenta de la existencia de Camilo. Sufrirían mucho.
*Rebeca: Sí, aunque Milagros ya lo sabe.
*Luca: Lo sabe, pero no sabe quién es él con certeza. Promete que la vas a cuidar, Diego no se queda tranquilo hasta que ella regresa a la casa sana y salva.
*Rebeca: Sí, te lo prometo, amor. (Lo besó)
Luego de un rato, los niños volvieron a casa en compañía de Luca y Rebeca.
Entre tanto, en la camioneta del señor Mauro, él y Camilo planificaban un plan para separar a Diego y a Sonohrina para siempre, llevaría tiempo para cumplirlo, pero funcionaría según ellos.
*Mauro: Nuestro plan no puede fallar. Yo compraré una casa que es muy bonita, la secuestraremos y la llevaremos hasta allá. Ahí tú harás lo que quieras con ella y cuando llegue su marido a rescatarla, lo matamos.
*Camilo: Me agrada tu plan, papá... Pero tú no vas a estar en todo este lío, digo físicamente... Y yo no me voy a manchar las manos con la sangre de ese idiota.
*Mauro: Tienes razón. Bueno, entonces contrataremos a uno de esos reclusos que estaban contigo en la cárcel... Los que sean más corpulentos y fuertes.
*Camilo: Cuando ese tipo se muera, mi niña volverá conmigo. Nos iremos a Venezuela y tendremos la familia que tanto hemos soñado.
Esa noche, todos dormían tranquilamente, menos Sonohrina. Estaba sudando mientras tenía una pesadilla. Soñó con un río de sangre por el suelo, escuchaba gritos de una mujer, había un gato negro y erizado sobre la sangre. Cuando no soportó más seguir viendo esas imágenes tan feas, gritó y abrió los ojos muy rápido.
*Diego: (Se despertó) ¿Qué pasó?
*Sonohrina: (Comenzó a llorar) Nada, Dieguito... Nada...
*Diego: (La abrazó) Estás bien, no pasó nada... Estás a salvo aquí en casa. (Le besó la frente) Sólo fue una pesadilla.
*Sonohrina: (Lo abrazó) Fue horrible, Dieguito... (Se calmó) No quiero perderte... Ni a ti, ni a los niños.
*Diego: (Le acarició la espalda) No sé de qué hablas. Ya duérmete, todos estamos bien... (La besó) O si quieres te consiento un poco... (Sonrió)
*Sonohrina: No, no hace falta... Gracias de todos modos.
Diego se acostó de nuevo en la cama, pero no podía soportar escuchar los sollozos de su esposa y fue a buscar un vaso de agua para dárselo. Cuando estaba en la cocina, se sentía observado, pero hizo caso omiso. Quien lo observaba era Camilo, no pensaba matarlo aún, sólo espiarlo.
*Camilo: Me vas a pagar todas y cada una de las cosas que me has hecho, Diego Fainello. (Rio)
Camilo siguió espiando a Sonohrina y a Diego hasta la medianoche. Tuvo que regresar al hotel, pero gracias al día que secuestró a Milagros, pudo averiguar el teléfono de la casa. Aún conservaba el papel donde lo había escrito. Conversó con su papá sobre todo lo que tenía pensado y mientras conseguían todo lo que necesitaban para llevar a cabo su plan, Camilo espiaría a Sonohrina.