miércoles, 16 de septiembre de 2009

19º Capitulo

Luego de una hora, el médico llegó a la sala de espera para comunicarles el estado de Sonohrina.
*(Médico): La señorita...
*Diego: Señora. Ella es mi esposa.
*(Médico): De acuerdo. La señora reaccionó.
*Diego: ¿Puedo verla?
*(Médico): Sí... ¿Ya hay un donante para su trasplante de médula?
*Eugenio: Sí. Su hermana y yo.
*(Médico): Vengan para realizarle las pruebas y saber quién será el donante definitivo.
El tío Eugenio y Loredana siguieron al médico y Diego entró a la habitación donde estaba Sonohrina en la sala de emergencias. Ella estaba despierta y sonrió al ver a Diego.
*Diego: Sonohrina, ¿cómo te sientes?
*Sonohrina: Bien. Dieguito, me quiero ir a casa.
*Diego: No puedes irte ahora.
*Sonohrina: Pero si yo estoy bien, Dieguito. Me quiero ir a casa.
*Diego: Hablé con el médico y dijo que te quedas aquí hasta que te hagan el trasplante de médula. Quizá, si estás aquí, te adelanten la fecha del trasplante y te curas en menos tiempo de lo que creías.
*Sonohrina: Pero me quiero ir, Dieguito. No me gusta estar aquí.
*Diego: Hablaré con el médico para saber si te puedes ir.
*Sonohrina: Pero traelo para que hable conmigo también.
*Diego: Está bien.
El médico mandó enfermeras para que trasladaran a Sonohrina hasta una de las habitaciones que estaban vacías. Allá todos pudieron entrar a verla y estar con ella.
*(Médico): Lo más recomendable es que no regreses a tu casa porque vamos a adelantar la fecha del trasplante. Te podrás curar antes de lo que creías.
*Sonohrina: ¿Por qué? Yo me quiero ir a mi casa... No quiero estar aquí.
*Eugenio: ¡Mejor es que hagas caso! (En voz muy alta)
*(Mamá de Sonohrina): Eugenio, no le grites.
*Eugenio: Nunca hace caso.
*(Papá de Sonohrina): Eso no significa que tengas que gritar.
*Diego: Yo soy su esposo y quiero quedarme con ella aquí en el hospital.
*Luca: Bueno, entonces nos vamos a la casa y buscamos las cosas de ustedes para traerlas aquí.
Todos salieron y se fueron a la casa para buscar las cosas de Sonohrina y Diego y llevarlas a la clínica. Ellos se quedaron en la habitación. Sonohrina comenzó a llorar porque se sentía deprimida, Diego la consolaba.
*Diego: Te vas a curar muy pronto, Sonohrina. (La abrazó y le besó la frente) No te preocupes porque todo estará bien.
*Sonohrina: No... (Lo abrazó) Dieguito, yo no quiero estar aquí. Yo me quiero ir a mi casa. No me siento bien aquí. No quiero estar sola.
*Diego: No estarás sola porque yo voy a estar aquí acompañándote. No te dejaré sola. Trata de no alterarte porque puede que te afecte y empeores.
Sonohrina se tranquilizó y no dijo nada. Al rato, Luca y Rebeca llegaron hasta la clínica con cuatro maletas y un bolso grande. Adentro estaba ropa y artículos de primera necesidad. Los acompañaron unas horas y luego regresaron a casa.
*Luca: Rebeca, tengo algo que decirte, pero no digas nada cuando estemos con Sonohrina y Diego.
*Rebeca: ¿Qué pasó?
*Luca: Bueno, sucede que Walter me llamó cuando estábamos en la clínica y me contó que alguien se metió en la casa.
*Rebeca: ¿Cómo es posible? ¿Él cómo sabe? (Preocupada)
*Luca: Porque escuchó un ruido y vio la ventana de la sala rota. Cuando entró para saber si todo estaba en orden, vio que no se robaron nada. Pero por favor, no le digas nada a Diego ni a Sonohrina. Ellos se enterarán luego. Ahora están viviendo una situación muy difícil y Sonohrina no puede alterarse.
*Rebeca: De acuerdo. Se enterarán a su debido momento.
Mientras eso ocurría, Walter dormía tranquilamente. De pronto, escuchó el grito de un hombre. Walter se despertó alarmado y se asomó por la ventana para tratar de entender lo que el hombre gritaba.
*Camilo: ¡Mi niña! Quiero verte... Quiero verte, mi niña hermosa.
Walter decidió encaminarse hasta la casa de Luca y Diego para saber qué estaba pasando realmente. Entró a la casa.
*Walter: ¿Qué está pasando? Salga de donde esté... No son horas para andar gritando.
*Camilo: ¿Quién eres tú?
*Walter: Un vecino ¿Estás arriba?
*Camilo: No... (Mintió)
*Walter: Aquí abajo no te veo, así que te agradezco que bajes. Si no bajas, tendré que subir y hablar contigo seriamente.
*Camilo: Sube, no me importa. Aquí te espero.
Walter subió y entró a la habitación de Diego y Sonohrina. Encontró a Camilo acostado en la cama con el martillo al lado.
*Camilo: ¿Quién eres tú?
*Walter: Soy Walter. Un vecino.
*Camilo: (Sonrió) Entonces tú sabes lo que busco... (Se acercó a él) Sabes dónde está mi niña.
*Walter: ¿Quién es tu niña?
*Camilo: Mi novia. Ven, te cuento una cosa, a ver si me entiendes y me puedes ayudar. No te haré daño porque si te mato, no me podrás ayudar.
*Walter: Dime lo que quieres, y por favor deja la casa de mis amigos.
*Camilo: Amigos. Está bien, sí me puedes ayudar... (Sonrió) Yo soy el novio de una chica que vive aquí, pero me la robaron. Ella está supuestamente casada con un tal Diego... ¿Sabes de quién hablo?
*Walter: Sí, pero ellos no están en Italia ahora.
*Camilo: Hagamos un trato... (Sonrió) Si no me ayudas, te mato ¿Sí?
*Walter: No me mates, yo te ayudaré en lo que pueda.
*Camilo: ¿Dónde están? Mi niña hermosa... ¿Dónde está?
*Walter: En Estados Unidos.
*Camilo: ¿Y por qué?
*Walter: Mis amigos se tomaron unas vacaciones y se fueron a Estados Unidos.
*Camilo: ¿Cuándo regresa?
*Walter: No lo sé, no me dijeron.
*Camilo: Sí sabes... ¿Quieres morir?
*Walter: No... En serio no sé cuándo regresan.
*Camilo: Yo no me moveré de este lugar hasta que mi niña no llegue. Tú me ayudarás a llevar al ladrón a la cárcel... O al manicomio, no sé... (Sonrió y rio con malicia) ¿Verdad?
*Walter: Sí, por supuesto... (Mintió) Y yo también quisiera pedirte un favor...
*Camilo: Sí, tranquilo. Yo te pago todo el dinero que quieras.
*Walter: No. No es dinero ¿Cómo te llamas?
*Camilo: Me llamo Camilo.
*Walter: Camilo, yo no te pido dinero. Yo lo que quiero es que no te robes nada de lo que está aquí y que no rompas nada, eso es todo.
*Camilo: Yo por ahora no romperé nada, tampoco voy a robar. Lo que yo vine a buscar es a mi niña, para llevarla conmigo a Venezuela y tener una vida feliz juntos... (Sonrió) Con muchos niñitos pequeños y hermosos... Vine también para vengarme de ese ladrón que me la robó.
*Walter: Bueno, me voy. Hablamos en otra oportunidad sobre el plan que tienes. Por favor, no grites; no es hora para gritar, todos están durmiendo.
*Camilo: Sí. De acuerdo, ya sé que mi niña no me escuchará, así que no vale la pena que gaste mi voz. Prefiero guardarla para mi matrimonio con ella, al momento de decir que la acepto como esposa.
Walter regresó a su casa. Los niños seguían durmiendo tranquilamente y no se dieron cuenta de su ausencia. Walter se acostó en su cama y se durmió cómodamente. No se escucharon más gritos.
Horas después, Diego y Sonohrina estaban en la habitación de la clínica conversando un rato. La hora de visitas había terminado, así que Luca y Rebeca no pudieron entrar a la habitación.
*Diego: (Le acariciaba la mano a Sonohrina mientras sonreía) Quiero verte sana, feliz, celebrando la vida...
*Sonohrina: En poco tiempo. En menos del que imaginaba.
*Diego: Sonohrina, yo quiero verte feliz siempre.
*Sonohrina: Yo también. Sé que no te hago del todo feliz... Pero... (Comenzó a llorar) Quiero que sepas que...
*Diego: Tú sí me haces feliz, Sonohrina. Yo te amo. (La abrazó) No llores.
*Sonohrina: Quiero que sepas que yo también te amo. No me olvides.
*Diego: ¿Por qué hablas así?
*Sonohrina: Porque... Dieguito...
*Diego: Dime. (Le acarició el cabello y le secó las lágrimas)
*Sonohrina: Yo sé que hay muchas probabilidades de que muera en poco tiempo, y quiero que seas feliz con quien realmente te ame como te lo mereces. (Lo abrazó)
*Diego: No vas a morir, te lo prometo. No te dejaré morir, y menos sola.
*Sonohrina: (Se tranquilizó) Tengo hambre.
*Diego: Hablaré con el médico para saber cuándo te traen la comida. (Se fue)
Fuera de la habitación, el médico revisaba unos análisis y conversaba con otro médico sobre ellos.
*(Médico 1): El donante definitivo es el voluntario 2.
*(Médico 2): Sí. Tiene la médula exacta a la señorita que necesita el trasplante ¿Cuento contigo para ese momento?
*(Médico 1): Sí.
*(Médico 2): Perfecto. Porque te necesito.
En ese momento, llegó Diego. Los médicos guardaron silencio.
*(Médico 1): ¿Se le ofrece algo?
*Diego: Sí. Mi esposa tiene hambre y quiere saber a qué hora va a comer.
*(Médico 2): En diez minutos es la hora de la cena para los pacientes.
*Diego: Otra cosa, es sólo una curiosidad ¿Por qué ella cree que se va a morir?
*(Médico 1): Bueno, quizá porque...
*(Médico 2): Déjame explicarle yo. Señor, su esposa no está nada bien. Le realizamos más análisis y pudimos ver que la señora empeoró gravemente su salud... No es mentira, si ella siente que se va a morir y no lucha por vivir, morirá. Usted tiene que darle ánimo.
*Diego: ¿Y si ella no se anima por sobrevivir mientras le realizan el trasplante, puede morir?
*(Médico 2): Todo es posible. Ella puede salvarse y puede morir, las probabilidades son iguales. Haremos todo lo que esté a nuestro alcance.
*Diego: ¿Les puedo pedir un favor?
*(Médico 1): Sí, adelante.
*Diego: Hagan más de lo que esté a su alcance. No la dejen morir.
*(Médico 2): Usted anímela a luchar. Dígale que la vida es maravillosa y hágala sentir bien, importante y quiérala... Si ella ve que usted y muchos más la quieren, querrá luchar por su vida y será feliz. También su vida depende de usted, no sólo de nosotros y Dios.
Diego se fue de nuevo a la habitación, trató de disimular su preocupación y su tristeza por Sonohrina porque no quería ponerla peor de lo que estaba. Él la ayudaría a estar animada.

1 comentario:

  1. aaaaaaaaaaaa
    m enknto el
    capi
    aaaaaaaaaa

    dezd ayer lo lei pro
    mi internet anda fallando
    aaaaaaaa

    m enknto pkm


    zigue azi

    ResponderEliminar